Los meses invernales son los favoritos de algunos viajeros. Durante esta época es posible disfrutar de un turismo con menos aglomeraciones y también, bastante más barato. Si lo que se buscan son destinos económicos pero con encanto, en invierno se pueden encontrar muchas opciones perfectas para disfrutar de experiencias únicas.

Tanto los precios de los billetes como los hoteles bajan en comparación con la temporada estival, y al haber menos gente, se puede disfrutar y descubrir cada lugar con más tranquilidad y sin tener que hacer largas colas.

La ciudad checa es conocida como uno de los destinos más económicos de toda Europa, sobre todo en invierno. Es cierto que las temperaturas son muy frías pero la ciudad tiene un ambiente mágico con sus mercados navideños, luces y arquitectura gótica.

Tanto el alojamiento como la comida son bastante económicos, y muchos de los principales atractivos de la ciudad son gratuitos o muy baratos, como el Puente de Carlos o el Castillo de Praga. En cuanto a los bares, se puede disfrutar de su comida y bebida por muy poco.

Budapest es otro de los destinos invernales donde se puede disfrutar por muy poco de la ciudad. Sus baños termales son el principal atractivo de la ciudad, una experiencia única y muy asequible.

En cuanto a qué hacer en Budapest se pueden disfrutar de los mercados navideños que hay en la ciudad como en la plaza de la Catedral de San Esteban o en el Parlamento, cuyas vistas junto al río Danubio son de visita obligada. En cuanto a la gastronomía, se puede comer muy bien y muy barato teniendo las opciones típicas como el goulash y sus ricos dulces típicos.

Cracovia es otro de los destinos más económicos de Europa, y a la vez, de los más fascinantes. Durante los meses de invierno, la ciudad se transforma en un escenario de cuento gracias al mercado navideño situado en la plaza Rynek Glówny, que es una de las más grandes y espectaculares de Europa.

Se pueden disfrutar de platos tradicionales muy económicos como son el pierogi, unas empanadillas o el bigos, un estofado. Y por precios bastante asequibles se puede visitar la mina de sal de Wieliczka y el barrio judío de Kazimierz.

La ciudad portuguesa es una de las ciudades más asequibles de Europa, y en invierno tiene un encanto especial que atrae a turistas a recorrer sus empedradas calles y a ver la icónica Ribeira junto al río Duero.

En cuanto a los precios de la ciudad son bastante bajos, tanto el transporte, alojamiento como la comida están muy bien de precio. En la ciudad se puede ver la conocida Librería Lello o el puente de Don Luis I por muy poco.

La capital de Bulgaria es una mezcla de cultura e historia que hace que se vuelva irresistible para los turistas durante los meses invernales. La ciudad tiene unos precios sorprendentes en alojamiento, comida o transporte.

En cuanto a los lugares destacados que hay que visitar en esta ciudad se encuentran la Catedral de Alejandro Nevski, el Teatro Nacional y los mercados locales. Además, si se es amante de los deportes de invierno, desde Sofía se pueden explorar montañas como Vitosha donde se puede practicar esquí.

La ciudad italiana es una gran opción si se busca un lugar económico para visitar en invierno, ya que Bolonia ofrece un ambiente acogedor incluso en esta época fría ya que puede visitar la ciudad protegido bajo sus pórticos. En cuanto a qué ver en la ciudad, se pueden vivir “Los siete secretos de Bolonia” que son muy curiosos para los turistas.

La gastronomía de la ciudad italiana es espectacular, se puede comer muy bien y es más asequible que en otras ciudades. Además, tiene una ubicación espectacular y se puede hacer excursiones rápidas a ciudades como Florencia o Venecia desde allí.

La capital de Estonia es otro de los destinos más mágicos para visitar en invierno. Su casco antiguo, que ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, parece sacado de un cuento medieval y si está cubierto de nieve es aún más espectacular. Sus mercados navideños son famosos por su encanto y decoración.

Tallin es una ciudad pequeña, por lo que se puede recorrer a pie, además de su centro histórico merece la pena visitar el Museo de Arte Kadriorg y el mirador de Toompea.

Esta ciudad es una joya invernal muy poco conocida. Es famosa por su mercado navideño que está considerado como uno de los mejores de Europa. Además, la ciudad se puede visitar a pie y recorrer su casco antiguo disfrutando de sus edificios históricos.

En la capital croata también se organizan actividades como pistas de patinaje y espectáculos al aire libre.

La ciudad de la Alhambra es perfecta para disfrutar del invierno. En ella se puede disfrutar de su historia y cultura, y también de la naturaleza, pudiendo llegar a Sierra Nevada y disfrutar de la nieve.

En ella se puede disfrutar de la Alhambra, de los paseos por el barrio del Albaicín y el mirador de San Nicolás. En cuanto a la comida, Granada es un sitio espectacular donde pidiendo una bebida en sus bares, te ofrecen una tapa gratuita, eso hace que se coma de maravilla y por muy poco.

Si se prefiere huir del frío, esta isla es un destino perfecto para ello. Su clima es bastante agradable durante todo el año y los precios en invierno bajan considerablemente al ser temporada baja.

En la isla se pueden explorar sus playas volcánicas, hacer senderismo por el Parque Nacional del Teide, y disfrutar de su gastronomía como las papas arrugadas, el mojo picón y el gofio.