Proliferan los centros de manicura y pedicura low cost: los podólogos alertan de sus peligros

Los centros de manicura y pedicura se han convertido en uno de los negocios más populares en las grandes ciudades. Prácticamente en cada calle podemos toparnos con un par de centros preparados para tratar nuestros pies, pero los expertos alertan del peligro de realizarse ciertos tratamientos que corresponden a los podólogos en este tipo de locales.  

La oferta de tratamientos de los centros de manicura y pedicura es normalmente muy amplia, pero hay que tener cuidado con la clase de trabajos que se realizan. En varias ocasiones, este tipo de clínicas, generalmente ‘low cost’ ejercen tratamientos que corresponden únicamente a profesionales de la salud y a podólogos. Hablamos, por ejemplo, de la retirada de durezas o de uñas encarnadas

Los podólogos hablan de intrusismo laboral

Los podólogos se encuentran sobrepasados ante la tendencia al alza de realizarse este tipo de tratamientos en centros de estética: “El intrusismo para nosotros es una lucha continua y diaria. Los centros de podología acreditados son donde se diagnostica y se trata el pie. Los centros estéticos son para la belleza del pie”, expresa Montserrat Diéguez, profesional de la Sociedad Madrileña de Podología.  

En muchas ocasiones, los tratamientos se realizan de forma lesiva, generando consecuencias para muchos clientes. Los diabéticos son pacientes que peores consecuencias sufren, como es el caso de Estela Mairis: “Me cortaron mal las uñas y sentía dolor. Cada vez me sentía peor. Yo soy diabética y no sabía que los diabéticos teníamos que tener tanto cuidado”. El tratamiento que le realizaron en un centro de manicura le generó una grave infección por la que tuvo que acudir al médico.  

José Quintín sufrió una amputación por un tratamiento de un centro 'low cost'

La falta de titulación para realizar tratamientos podológicos y la falta de higiene en algunos instrumentos utilizados en los locales de manicura y pedicura es capaz de generar consecuencias irreversibles. José Quintín fue víctima de ello. Tras un tratamiento en un centro ‘low cost’, le salió una úlcera que curó mal y derivó en la amputación de su dedo meñique: “Cogió una tonalidad de color oscuro, tenía molestias al andar y molestias al ponerme el calzado”. 

La irresponsabilidad de algunos centros es total: “Se atreven hasta con objetos cortantes: bisturís, cuchillas”, por lo que hay que recordar que un esteticista únicamente puede limar y pintar las uñas. Los profesionales de la salud son los que se encargan de todo lo demás.  

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