En las horas más críticas de la riada provocada por la DANA del 29 de octubre, preocupó la posible rotura en la presa de Forata, en Valencia. Al final, la estructura aguantó, pero la presión a la que se vio sometida ha podido causar daños, que ahora se están inspeccionando. Los especialistas de la UME se están encargando de ello.
Especialistas de la Unidad Militar de Emergencias trabajan en la presa de Forata para asegurarse de que no ha sufrido daños graves tras la DANA del pasado 29 de octubre. El trabajo es realmente complicado.
Un miembro de la UME montado en una canasta de metal desciende por un angosto hueco que le llevará a las entrañas de esta monumental infraestructura. Casi 70 metros separan la parte alta de la presa de Forata de su base.
Dentro del hueco por el que se introduce el miembro de la UME para inspeccionar la presa está oscuro y húmedo, solo hay agua, barro y el riesgo de que los gases comprometan el trabajo. El especialista de la UME respira acompasado, trata de moverse pendido de una cadena, el calor es sofocante. Solo un cable de vida le garantiza aire y comunicaciones.
Las condiciones de trabajo son muy complicadas, el mismo lo explica a través de la radio, “estoy tratando de girarme, porque si no trabajo de espaldas”.
Tres semanas después de la tragedia, la UME busca daños en esta infraestructura clave que tuvo riesgo de colapso. Ahora su objetivo es garantizar que ese miedo no se repita.
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