El pasado 8 de noviembre era detenido el jefe de la Sección de Delitos Económicos de la Brigada provincial de la Policía Judicial de la Jefatura Superior de Madrid. El agente guardaba 20 millones de euros emparedados en su casa, supuestamente vinculados al narcotráfico. Según ha podido saber Noticias Cuatro, el mando policial montó un negocio paralelo en el que ofrecía servicios completos de asistencia al narcotráfico y usaba para contar el dinero las máquinas de la propia Policía.

Los agentes de Asuntos Internos que investigan su caso sospechan que no se trataba de un policía que colabora con un grupo mafioso, si no de un mafioso que trabajaba plenamente integrado dentro de la estructura de traficantes a cambio de grandes sumas de dinero. Dentro de esos trabajos, no se limitaba, por ejemplo, a advertir de investigaciones en curso, si no que participaba en operaciones de blanqueo de dinero e, incluso, hacía gestiones para facilitar documentación en suelo español a algunos de los miembros de la red.

En su despacho de la comisaria, los investigadores encontraron un millón de euros. Los agentes consideran que puede ser el pago de su participación en el último alijo. Estas sospechas dan una idea del rango que tenía y la impunidad con la que se movía, hasta el punto de guardar un millón de euros en billetes en su despacho de la propia policía.

El caso de este policía ha llamado mucho la atención, pero no es el único narco-policía. Si bien es cierto que el porcentaje de policías corruptos es anecdótico, la capacidad de hacer daño que tienen las personas que se corrompen es importante, porque afecta al trabajo de todos sus compañeros.

El caso de uno de los policías que más cocaína ha movido es el de Miguel Ángel Devesa Mera, es considerado uno de los grandes capos de la ruta de la cocaína en África. Los informes policiales dicen que este agente llegaba a traficar con entre 50 y 60 toneladas de droga al año. Devesa Mera antes de ser narcotraficante fue policía nacional en Vigo, en Bilbao y en Madrid hasta que se fugó porque sus propios compañeros le estaban investigando. Actualmente está cumpliendo una condena de 10 años de prisión en Costa de Marfil.

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