Las cuidadoras de la residencia de Sedaví salvaron la vida de 124 ancianos el día de la DANA: “Fue un milagro”
Las empleadas subieron a los ancianos por las escaleras a pulso y a oscuras
Los ancianos de la residencia vuelven a la normalidad tras las labores de reconstrucción
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Hace ya más de una semana que la DANA arrasó con todo. A día de hoy, muchos vecinos han sido desalojados y se sigue buscando a los desaparecidos. La DANA nos ha dejado cientos de historias de rescates milagrosos como es el de la residencia de Sedaví. Como informan Sandra Mir y Paula Hernández en el video, 124 ancianos fueron salvados en medio de la riada gracias a sus cuidadoras.
La Residencia Novaedat en Sedaví, una de las localidades más afectadas por el temporal, ha sido la protagonista de una de las historias de la catástrofe más sorprendentes. Hace diez días, la residencia de ancianos fue uno de los miles de edificios que se inundaron por la DANA, pero gracias a las empleadas no se registraron víctimas mortales.
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Cuando el agua comenzó a inundar la residencia, las cuidadoras no dudaron en poner a salvo a los ancianos. Subieron uno a uno a pulso y a oscuras a los 124 ancianos por las escaleras mientras entraba el agua en el edificio. Lo que podía haber sido una auténtica tragedia termino siendo un rescate heroico por parte de las empleadas. Los mayores se sienten completamente agradecidos con ellas: “Aquí nos han cuidado muy bien”.
La planta baja de la residencia se inundó en apenas unos minutos
Los cristales se rompieron cuando comenzó la riada y el agua entró a gran velocidad en la residencia. La planta baja se inundó en apenas unos minutos: “Yo tuve el agua hasta los tobillos y empecé a gatear y notaba que alguien me empujaba por detrás”, comenta Dora, una de las rescatadas. Cuando terminaron por subir a los más de 120 ancianos, al estar sin luz, las cuidadoras les iban palpando para saber que estaban todos a salvo.
Desde el primer día, los mayores de Sedaví tuvieron sus necesidades básicas cubiertas, como explica Raúl Planells, el director: “El primer día nos volcamos en sus necesidades básicas. Luz pudimos conseguir y comida caliente desde el primer momento”. Poco a poco la residencia va volviendo a la normalidad, ya podemos ver a varios “mirando la tele, haciendo ganchillo”. El muro que fue destruido por la fuerza del agua ya se ha reconstruido y los cristales que estallaron han sido colocados. Mientras, muchos otros hogares intentan recuperar a la normalidad a la misma velocidad.
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