Miguel, quien casi pierde la vida cuando llegó la DANA a Picanya: "Me llegó el agua a la barbilla"
En medio de la tragedia se encuentran historias como las de Miguel, quien casi pierde la vida en el puente
Los vecinos de esta zona piden que vayan personas especializadas para canalizar la ayuda
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Un equipo de Noticias Cuatro consigue acceder a Picanya, uno de los puntos aislados por la rotura de uno de sus puentes durante la DANA. Aquí, miles de personas se acercan para ayudar en todo lo posible. Según informa Manu Reyes, en medio de la tragedia se encuentran historias como las de Miguel, quien casi pierde la vida en el puente: “Tenía el móvil en alto para llamar a mi familia y yo les dije ‘hasta aquí hemos llegado cariño, os quiero”.
Acceder a Picanya no es una tarea fácil ahora mismo. Tras acabar con uno de sus puentes destruidos, tan solo se puede acceder por un único camino. Los vecinos de esta zona hacen una reclamación: que vayan personas especializadas para canalizar la ayuda.
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"Me sonó la alarma de precaución cuando tenía el agua al cuello", reconoce Miguel
Para llegar a zonas como Picanya, se necesita andar por un camino durante varias horas. Se trata de un recorrido que miles de valencianos están haciendo cargados con palas, planchas y con comida para ayudar en todo lo que pueden. En medio de esta tragedia, hay milagros como el de Paula y su padre Miguel. Él se encontraba en el puente cuando todo ocurrió. "Me sonó la alarma de precaución cuando tenía el agua al cuello", afirma.
“Empezamos a flotar, no veíamos nada. El coche se topó con otro y empezaron a amontonarse. Me quedé dentro del vehículo, subió el agua y cuando me llegó el agua a la barbilla, abrí la puerta, saqué la cabeza e intenté salir”, recuerda. “Pero si salía, me llevaba el agua y era peor. Me quedé dentro, tragando bocanadas de agua hasta las 22:00 horas, cuando bajó el agua. Después, llegó Protección Civil a sacarme. Tenía el móvil en alto para llamar a mi familia”, añade.
Las clases quedan suspendidas toda la semana que viene
La normalidad va a tardar mucho tiempo en llegar a Valencia. Uno de ellos, por ejemplo, serán los colegios. Las clases se han suspendido al menos toda la semana que viene en zonas como Picanya. Universidades y negocios están destruidos y algunos que sí tienen vehículos no pueden acceder a las empresas.
Lo primero que falta ahora son los medicamentos y ayuda logística para canalizarla porque apenas reciben agua corriente y electricidad. Y es que todavía queda mucho por hacer. Todos piden que la ayuda se organice porque no está llegando a todos los lugares que lo necesitan.
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