La cultura del alcohol no es compatible con el volante. La conducción en estado ebrio constituye una de las infracciones de tráfico más graves. El riesgo de accidente es muy elevado cuando se consume alcohol y las tasas de mortalidad son cada vez más escalofriantes, aun endureciendo las medidas de tráfico. Una de cada tres muertes en la carretera se dan por esta causa. Por ello, como informa Raquel Duva, la DGT obliga a instalar en los coches de nueva matriculación el 'Alcolock', un dispositivo para prevenir la conducción con una copa de más.

Según la DGT, entre 2020 y 2023, un total de 4.313 personas fallecieron en las carreteras y un 33% de ellas había bebido. El consumo de alcohol es actualmente la segunda causa de muerte al volante. Parece que las medidas que el Ministerio del Interior va tomando, no son suficientes. Según la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, cerca de 79.000 conductores dan positivo en alcohol anualmente en España. Esto representaría una media de 200 positivos al día. Las autoridades cada vez se ponen más estrictas con los controles: solamente en 2023 se realizaron 6'7 millones de controles de alcoholemia en el país, es decir, cerca de 18.000 al día.

Desde julio de 2022, el Reglamento 2019/2144 de la Unión Europea impone la obligatoriedad de la instalación de dispositivos como alcolock, alcoholímetros antiarranque. Esta medida se ha impuesto a aquellos vehículos homologados y de nueva matriculación a partir de ese mes. El alcolock es un dispositivo que detecta la tasa de alcohol en sangre. Si la tasa es mayor que la permitida, el arranque del vehículo se bloquea: "Lo que tienes que hacer es realizar un soplo, son unos cinco segundos. Nos dice que no estamos por encima del límite y nos deja arrancar", explica Jorge Ortega, responsable de Estudios MAPFRE.

Conducir bajo los efectos del alcohol está tipificado como una infracción grave y tiene una sanción de 500 euros de multa. La tasa permitida en España es de 0'5 gramos por litro de sangre, pero dada la frecuencia de los siniestros mortales, el Gobierno se está planteando en bajarlo a 0'2 gramos por litro de sangre. Álvaro Gómez, director del Observatorio de Seguridad Vial de la DGT nos explica que del porcentaje de fallecidos en el asfalto por ingesta de alcohol, "una parte importante había consumido pequeñas cantidades". Además el director comenta los siguientes datos: "Tenemos más de un 5% de conductores fallecidos fallecidos que presentaban tasas entre 0'1 gr/l, que es la mínima tasa que se mide en autopsia, y entre 0'5 gr/l".

Los efectos que tiene el alcohol sobre nuestro cuerpo son totalmente incompatibles con la conducción. Según la DGT, la ingesta de esta sustancia causa alteraciones en las funciones perceptivas y alteraciones en la psicomotricidad: se perciben peor las luces y las señales, el campo visual se reduce y se observa un bajo control de los movimientos de precisión, entre otros. El tiempo de reacción aumenta y el proceso de toma de decisiones es mucho más lento. Se dan alteraciones en la atención y cambios en el comportamiento, como la disminución del sentido de la responsabilidad.

Los controles de alcoholemia parecen no ser suficientes para frenar la irresponsabilidad de muchos conductores, que por desgracia, acaban falleciendo en la carretera año tras año. Si bebes, no conduzcas.

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