Comienza el juicio por la muerte de 15 ancianos de los 74 que fallecieron en la residencia Domusvi de Alcoy -de gestión privada y titularidad pública- durante la pandemia, según informa Raquel Duva. Los familiares han acudido al Juzgado de Primera Instancia e Instrucción 3 para depurar responsabilidades, como es el caso de Silvia Peris. Su padre tenía 79 años: “Como tenía Alzheimer y no se pueden defender, los postraban en una cama y los atendían como podían".
La madre de Juan Valls, Josefina Benito, pasó dos meses y medio en una habitación encerrada tras contagiarse. Ella tenía 103 años: "Estaba lúcida y lo difícil es que era una habitación pequeña en la que estaba incomunicada". En total, 74 personas murieron entre marzo y abril de 2020 en este centro, en el que Verónica trabajó durante 12 años y donde perdió a su abuela.
Aunque fueron 74 víctimas, no todos los familiares han acudido a denunciar por diversas razones. Algunos no quieren revivir lo que ocurrió, otros no pueden hacer frente a los gastos y entre el resto, hay seres queridos que desconfian de la Justicia. En las primeras dos sesiones, declararán 11 testigos de la parte demandante y en las dos siguientes serán ocho de Quavitae y uno de Mapfre.
Después de pasar cuatro años y medio, los familiares de los ancianos que murieron en pandemia esperan que se haga justicia. El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción 3 de Alcoy empieza el juicio por la muerte de 18 residentes de DomusVi. Manu Pérez, exjefe de la Unidad de Hospitalización y uno de los demandantes, recuerda que "había pacientes solicitando agua y pidiendo que los sacaran de allí". "Viviendo enfermos en muchas salas, no sé qué aislamiento harían", lamenta.
La madre de Elvira Guillén logró sobrevivir a la pandemia y sigue en la residencia. "La incertidumbre y el terror que viví porque vi las noticias y no sabía si era verdad o no", confiesa Elvira sobre aquel momento. Su progenitora podrá relatar cómo vivió este calvario. La falta de comunicación fue uno de los principales problemas, aunque influyó la escasez de personal y de medios para evitar la propagación. "Mi padre ni me despedí, ni lo vi y no sé si está en el ataúd", reconoce Silvia.
Estas muertes ocurrieron entre marzo y abril de 2020, un periodo en el que Verónica trabajó durante 12 años y perdió a su abuela: "No dan abasto. Tienes que levantar a muchísima gente, tú sola sin celadores, ni grúas para cambiarlos". Los seres queridos denunciaron en octubre de 2021 la mala gestión del coronavirus que afectó al geriátrico y provocó la muerte de 74 personas.
Los demandantes piden a Quavitae Servicios Asistenciales SAU, la empresa de la residencia, y a la compañía aseguradora de la misma (Mapfre), una indemnización de dos millones de euros por todo el dolor causado. Un sufrimiento que, desde hace cuatro años, les ha traumatizado y por el que ahora luchan con una clara intención. “Que sirva para que no se repita aquello que se pudo evitar", concluye Juan.
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