Lo avisaba la OMS hace unos meses: la obesidad y el sobrepeso se han convertido en una epidemia mundial. Los datos que proporciona la organización son de todo menos alentadores. Una de cada ocho personas sufren de obesidad y en España, un total de ocho millones. El colectivo de los niños es de los más afectados, según el estudio ALADINO (Alimentación, Actividad física, Desarrollo Infantil y Obesidad), investigación que manifiesta lo influyente que puede llegar a ser la clase social en los hábitos saludables, tal y como se explica en el video.
El Ministerio de Consumo, liderado por Pablo Bustinduy, expresaba en la sede del ministerio este miércoles la preocupación que ha supuesto para las autoridades pertinentes conocer los datos del estudio. La investigación ha sido realizada a una muestra de 12.679 escolares de 6 a 9 años en toda España. La obesidad y el sobrepeso siguen siendo problemas latentes en la infancia: el 36'1% de los niños sufren de exceso de peso y el 15'9% tiene obesidad. Aunque las cifras son preocupantes, se observa una favorable evolución en España desde 2019, donde un 4'5% más de niños sufría de esta condición (40'6%).
Lo que más ha llamado la atención del análisis de los datos es que el sobrepeso está mucho más presente en familias con menos recursos. El 46'7% de los niños con exceso de peso provienen de hogares con unos ingresos brutos anuales menores a 18.000 euros y el 29'2%, de familias con ingresos superiores a 30.000 euros anuales. ¿Por qué se genera tanto sesgo? Se ha podido demostrar que las familias más desfavorecidas económicamente comen menos saludable, hacen menos ejercicio y pasan más tiempo delante de las pantallas. No hay que olvidar que dos de los factores más influyentes en el peso corporal son la nutrición y la actividad física.
Se ha comprobado que el 53% de los niños de familias adineradas comen fruta a diario, mientras solo el 30% de los niños con menos recursos lo hace. El consumo de verdura también ha sido estudiado: el 29'3% de los menores en familias adineradas comen a diario, mientras que en el caso de familias más humildes, solo un 19'2%. Ante estos datos, el ministro Pablo Bustinduy ha manifestado indignación: "Independientemente del código postal en el que nazcan tienen derecho a una alimentación saludable".
La actividad física es esencial en edades de crecimiento también. El estudio ha evidenciado cómo los infantes con menos recursos tienen menos accesibilidad a actividades extraescolares: un 68'7% frente a un 88'6%. Uno de cada siete niños realiza al menos una hora extraescolar a la semana, datos bastante alentadores. Una de las madres entrevistadas por el equipo de Noticias Cuatro declara que ha apuntado a su hijo "a futbol, a robótica y a natación".
Algunos centros escolares ante las cifras de la OMS han querido apostar por la implementación de hábitos saludables en la rutina. Colegios como La Salle han empezado a apostar por desayunos saludables en el centro. "Nosotros ponemos el granito de arena, pero evidentemente, los niños no pueden pasar aquí ni todos los días, ni todas las horas", expresa Víctor Pérez, profesor de Educación Física del centro.
Los hábitos saludables deberían ser igual de accesibles en todas las clases sociales. El problema de la obesidad en niños hay que tratarlo, pero uno de los mayores avances sería tratarlo desde el más que evidente sesgo estructural.
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