¿Por qué es más fácil recordar las historias que los datos?: las claves sobre cómo funciona nuestra memoria

  • Las historias a corto plazo no impactan tanto pero son más fáciles de recordar

  • Se observó que en la memoria a corto plazo el dato es más efectivo para cambiar una creencia

  • Estos hallazgos tienen implicaciones importantes para la comunicación de cualquier tipo

Las historias son más fáciles de recordar que las estadísticas. Así lo muestra un nuevo estudio realizado por Thomas Graeber, Carl Roth y F. Zimmermann, donde se señala que el impacto Del dato en nuestra memoria se desvanece en un 73% de los casos al cabo de un día. Según informa Rebeca Gimeno, en el caso de las historias solo disminuye un 32%.

En este experimento se observó que, en la memoria a corto plazo, el dato es más efectivo a la hora de cambiar una creencia. Pero es probable que se nos olvide, por lo que tiene un efecto efímero.

¿Por qué recordamos mejor las historias que los datos?

Nuestra memoria tiene una forma concreta de anclar la información. Las historias son emocionales y podemos conectarlas con recuerdos y experiencias. En cambio, el dato es más ‘frío’ y compite con otros muchos números que hay en nuestra cabeza y a la hora de recordarlo es más complicado. Cuando te dan una pista para acordarse, la memoria empieza a sacar datos irrelevantes que no te ayudan o te confunden.

Las historias a corto plazo no impactan tanto aunque, al ser más fáciles de recordar, su efecto es más duradero a la hora de moldear lo que pensamos. Estos hallazgos tienen implicaciones importantes para la comunicación de cualquier tipo. Pero hay más factores que inciden a la hora de moldear actitudes como la selección de las palabras en esas narrativas como, por ejemplo, las palabras 'libertad, 'solidaridad' y 'justicia'.

¿Cómo clasificamos los recuerdos?

Los humanos tenemos la memoria explícita, denominada memoria declarativa, que consta de un tipo de recuerdos que se viven de forma consciente. En este grupo se incluirían los acontecimientos vividos o las capitales de los países, entre otros. La memoria implícita -llamada memoria no declarativa- se construye de forma inconsciente. Aquí se incluyen recuerdos procedimentales que el cuerpo usa para recordar destrezas que has aprendido como montar en bici.

Tal y como destaca 'National Geographic', es más fácil crear recuerdos explícitos que implícitos. Aunque estos últimos perduran más fácilmente. Cuando evocamos un recuerdo, muchas partes de nuestro cerebro se comunican rápidamente entre sí, entre ellas, la corteza cerebral: la zona encargada de procesar la información importante.

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