España ha sido el segundo país europeo con más muertes por calor el año pasado. Según informa Ángela Julve en Noticias Cuatro, un nuevo estudio cifra en más de 47.000 las muertes en Europa debido a las altas temperaturas, la segunda mayor cifra en la última década, y solo en España se superaron los 8.300 fallecimientos. Con las alertas por calor, aparecen enfermedades propias del verano que llenan las consultas, además, nuestra salud mental también se ve afectada.
Según el Instituto de Salud Carlos III: desde el comienzo del verano ya se han registrado en nuestro país 1.470 muertes atribuibles al calor: 765 en julio y 705 en lo que llevamos de agosto. ISGlobal informa en un comunicado de que 2023 ha sido el año “más cálido registrado a nivel mundial y el segundo en Europa”. La investigación ha sido publicada en ‘Nature Medicine’
El estudio se basa en registros de temperatura y mortalidad de 823 regiones de 25 países europeos y cifra las muertes en 47.690 muertes como consecuencia de las altas temperaturas. De estas muertes, 47.312 se han producido entre el 29 de mayo y el 1 de octubre, el periodo “más caluroso” del año.
Los resultados reflejan que los países del sur de Europa son los “más afectados”, dado que presentan las mayores tasas de mortalidad relacionada con el calor: Grecia con 393 muertes por cada millón de habitantes, Bulgaria con 229, Italia con 209, España con 175, Chipre con 167 y Portugal con 136. ISGlobal hizo un estudio de características similares en 2022, en el que cifró más de 60.000 muertes por calor durante el verano.
En el informe de 2023 pretendía evaluar si se ha producido una “disminución de la vulnerabilidad al calor” en Europa, un proceso que refleja que se ha producido una adaptación al aumento de las temperaturas. Los investigadores han calculado que, si las temperaturas registradas en 2023 se hubieran producido entre los años 2000 y 2004, la mortalidad estimada relacionada con el calor habría superado las 85.000 muertes, lo que supone un 80% más que la vulnerabilidad al calor entre 2015 y 2019.
La investigadora de ISGlobal, Elisa Gallo, expone que estos datos muestran cómo ha habido procesos de adaptación de la sociedad a las altas temperaturas durante el presente siglo, “que han reducido drásticamente la vulnerabilidad al calor y la carga de mortalidad de los últimos veranos”. Elisa Gallo atribuye esta disminución de la vulnerabilidad al calor al “progreso socioeconómico general, las mejoras en el comportamiento individual y las medidas de salud pública, como los planes de prevención del calor puestos en marcha tras el verano récord de 2003”.
El estudio también indica que las mujeres y los mayores de 80 años representan la población con mayor vulnerabilidad al calor, concretando que, en 2023, la tasa de mortalidad relacionada con el calor fue un 55% más alta en mujeres que en hombre, y un 768% más alta en mayores de 80 años que en personas de 65 a 79.
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