Carla es una joven de 25 años a la que tuvieron que amputarle las manos y los pies por culpa de una bacteria. Su pesadilla comenzó tras una operación que, en principio, no tenía complicaciones. "El médico dice que es un milagro", confiesa ella. Ahora, su entorno y mucha gente anónima se está volcando para ayudarle a pagar las prótesis que necesita.
La primera intervención era para extraerle un quiste en la ingle. Pero, un día después, comenzó a sentir que algo no iba bien. "Tuve un paro cardiaco mientras me estaban intubando. Al día siguiente, tuve dos o tres paradas más", señala. Todo se complicó hasta el punto de que los médicos pensaron que ya no podían hacer nada más por ella.
Carla tenía una vida normal hasta que tuvieron que operarla para quitarle un quiste de la ingle. Se trataba de una operación que a priori no conllevaba ningún riesgo. Hasta que una bacteria muy agresiva le afectó a sus extremidades. "Me dijeron que tenían el acta de defunción redactada y que solo faltaba firmarla", subraya la joven de 25 años. Para salvarle la vida, los médicos le indujeron al coma y cuando despertó no tenía ni manos ni pies. "No se sabe ciertamente si tenía la bacteria en la piel o estaba en el quirófano", reconoce.
Despertarse sin extremidades fue un gran shock para ella. "Para conseguir mi total autonomía y ser independiente, te puedo decir que tan solo una mano cuesta alrededor de 85.000 euros", explica. "Todo lo que vosotros hacéis con vuestras manos, para mí es un imposible", añade. Desde el primer día, Carla ha recibido el apoyo de todos sus familiares, novio, amigos y de vecinos de su pueblo natal, Xátiva. Ahora, ella tiene claro que debe estar bien psicológicamente y físicamente para comenzar una nueva vida.
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