Raván Nasimi acudió hoy a un acto del Orgullo en Madrid. Él tuvo que huir de su país Azerbaiyán porque se viralizó en redes sociales un beso con su novio y tuvo que refugiarse en España, según informa Hugo Domínguez. "He tenido muchos problemas y peligros por mi vida. Me perseguían algunos grupos homófobos. Mi jefe me dijo que ya no podían trabajar conmigo y mi hermano me explicó que ya no podía estar aquí", confiesa.
Hace ya cuatro años desde que huyó de su país al viralizarse en Internet un vídeo grabado por su prima en el que besaba a su novio por San Valentín. La situación se volvió tan irrespirable que incluso le dejaron de atender en la panadería: "Me enseñó su móvil y me dijo que no tenía pan para vender a una mierda".
Raván, con 28 años, pidió ayuda a una ONG y consiguió salir de Azerbaiyán, haciendo escala en Turquía, hasta que aterrizó en el aeropuerto madrileño, donde con desconfianza se acercó a un agente de Policía. "No me lo esperaba, pero me dio un abrazo y me dijo que estuviese tranquilo, que no llorase. Me respondió que me iba a ayudar y que todo iba a salir bien", afirma. En el primer día de su nueva vida tan solo tenía un mapa y dólares. "Me senté debajo de un árbol a llorar porque era como un infierno para mí", asegura.
Él subraya que los primeros meses fueron un calvario. No era capaz de salir a la calle porque el miedo del pasado no se le iba de la cabeza. "Recibía mensajes de homófobos que decían 'Te vamos a matar' o 'Te vamos a empujar al metro'. Ahora, como refugiado LGTBI, se gana la vida como cocinero y puede permitirse soñar. Porque, tal y como nos ha confesado, su nueva meta es ganar la próxima semana el certamen de míster gay España. "No tengo plan de ganar mucho dinero o ser rico, para mí lo más importante es la libertad", concluye Raván, quien ya puede vivir feliz sin esconderse.
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