Tres hermanos se funden en un emotivo abrazo después de que María Helena, de tan solo dos años, se encuentre con ellos. El momento tan solo dura unos segundos, pero la historia que hay detrás les ha dejado una huella de por vida, según informa Lucía Sánchez. Para entender este instante, nos tenemos que remontar al momento en el que a la pequeña le diagnostican un linfoma de células T, un cáncer raro en bebés.
A María Helena le queda todavía un año de quimioterapia. Aunque, después de estar 13 días hospitalizada, ya desde casa responde bien al tratamiento. La emoción de ambos hermanos al ver a la pequeña correr se palpa en el ambiente. Y es que después de un proceso duro, ya pueden respirar más tranquilos.
Todo comenzó cuando la pequeña de dos años empezó a mostrar dos síntomas que alertaron a sus padres: mal aliento y dificultades para respirar. Poco después, apareció un bulto cerca de su cuello que evolucionó y empeoró su estado. La biopsia ya confirmó el diagnóstico que todos temían: un linfoma de células T. Ahí comenzó un complejo tratamiento.
Tras estar 13 días hospitalizada, María Helena sale corriendo para hacer lo único que tenía en mente: abrazar a sus hermanos Moisés y Ester. Los instantes van cargados de tantos sentimientos que él rompe a llorar y ella mira a la pequeña con felicidad. A esta niña de dos años le queda un año de quimioterapia por delante, pero este bonito gesto refleja que estará muy bien acompañada en el tramo final del proceso.