María Galán tiene 26 años. Ella estudió Economía y Negocios pero su vida cambió cuando decidió dejarlo todo para marcharse a Uganda, según informa Lorelei Esteban. “Me di cuenta de que este era mi sitio”, confiesa la joven en referencia al ‘Kikaya House’, un orfanato donde vive junto a 32 menores que fueron abandonados por sus familias. “Ellos son mi vida, mi razón principal de estar aquí. Se convirtieron en mi prioridad absoluta”, reconoce.
‘Kikaya House’ es un proyecto que comenzó por su madre y su tía Maribel, quienes rescataron un orfanato en 2012. “Empecé a venir durante los veranos cuando estaba en la carrera, en 2020. En lugar de quedarme tres meses, por la pandemia me tuve que quedar seis y me di cuenta de que este era mi sitio”, añade.
María Galán (@auntie_mariagalan) lleva cuatro años en una aldea ugandesa donde no había electricidad, ni cobertura ni posibilidades de futuro. Ella vive en el orfanato ‘Kikaya House’ con más de 30 menores que se han ganado su corazón. “Ahora en casa somos 32, el más pequeño tiene un año y medio y los más mayores son mellizos y tienen 16 años. Cuando cumplan 18 no tienen que irse. Esto es un hogar y hemos conseguido crear una familia preciosa”, confiesa.
María ha visto cómo se ha transformado este lugar en poco tiempo y, gracias a las redes sociales, puede compartirlo con el mundo. “No había absolutamente nada. Esto era un pueblo olvidado, es increíble cómo se ha desarrollado. Tenemos dos coles con 650 niños, el de Secundaria y la clínica. Hay fisioterapia, odontología, oftalmología y damos tratamiento gratuito a toda la población de la zona”, recalca.
‘Kikaya House’ se ha convertido en un pequeño rincón de África donde dos culturas completamente diferentes se han fusionado para seguir avanzando. “Vivir aquí no es fácil, pero mis niños son lo mejor del mundo y ellos hacen que todo merezca un poco más la pena”, dice la joven.
Ella se ha convertido en una figura materna para estos ellos. “Yo estoy para todo. Desde cortarles las uñas, ayudarles con un problema del colegio hasta si alguien les ha molestado. En cada detalle de ellos”, concluye. Y es que María ha construido un hogar junto a todos estos pequeños.