Se abre un nuevo capítulo en el caso de las clarisas cismáticas de Belorado, las monjas que han abandonado la disciplina del Vaticano. Los obispos piden diálogo y lamentan las formas en las que se está llevando esta ruptura. Se trata de la primera vez que se pronuncian. Ellos dudan de que todas apoyen a la abadesa y creen que podrían estar engañadas y animan a que se expresen libremente, según informa Marta Aguirregomezcorta.
Las clarisas cismáticas de Belorado rompen su silencio. “No queda casi ni rastro de lo que ha sido la Iglesia Católica desde la fundación”, decía una de ellas. Cargan contra el Vaticano y contra el Papa. “Es una farsa en el fondo en el que han inventado una nueva Iglesia. Cuidado que nos están engañando”, añade una de las monjas.
La Conferencia Episcopal Española (CEE) lamenta "profundamente la declaración de ruptura de la comunión con la Iglesia Católica" recogida en la carta de la abadesa del Monasterio de Hermanas Pobres de Santa Clara de Belorado (Burgos). Los obispos han manifestado que, al mismo tiempo, aprecian y agradecen "el don de tantas hermanas clarisas que viven en comunión con la Iglesia y la enriquecen en muchas diócesis de España".
Los motivos de descontento aducidos en la carta "tienen vías de solución distintas de la determinación que en ella se expresa". La CEE no encuentra "relación proporcionada ente las causas expuestas y la conclusión a la que se llega". Los obispos solicitan que "cada hermana del Monasterio de Belorado y Orduña, en el ejercicio de su libertad de conciencia, pueda expresar su postura ante la decisión que comunica la abadesa".
"El tono ofensivo y recriminatorio del manifiesto y de la carta, así como algunos términos -por ejemplo, el de la "sumisión" a un falso obispo y supuesto líder de una secta-, no son propios del modo habitual de comunicarse de estas hermanas, las cuales se manifiestan ahora públicamente no sólo en las palabras escritas de la abadesa, sino también en medios de comunicación abundando en expresiones confusas que parecen fruto de engaños", han destacado los obispos.
El vicario general de la diócesis de Vitoria, Carlos García, insiste en que están intoxicadas y que este "jaleo" hace daño a la Iglesia. "Que rompan de esa manera la comunión es extraño. Personalmente, es una desilusión", confiesa. Pero ellas siguen en sus trece y publican vídeos donde aseguran que están apoyadas por los suyos y que seguirán defendiendo su verdad hasta el final.