Comienza el juicio por la muerte de Manuela Chavero, una vecina de Monasterio (Badajoz) que desapareció la madrugada del cinco de julio de 2016. El cuerpo de la víctima se encontró cuatro años después con múltiples signos de violencia. Hoy, su madre y su hermana han llegado a la Audiencia Provincial arropadas por todos los vecinos de la localidad.
El objetivo de la acusación particular es demostrar que Manuela Chavero sufrió una violación y asesinato a manos del único acusado en el caso: Eugenio Delgado. Se trata de la última persona que la vio en la noche de su desaparición. “La familia está totalmente destrozada. Es una revictimización más para ellos”, señala Patricia Catalina, abogada de la Asociación Clara Campoamor.
Manuela Chavero desapareció una madrugada del cinco de julio de 2016. Cuatro años después, encontraron su cuerpo envuelto en una sábana y enterrado en una finca de Monesterio, donde residía ella. En el primer día del juicio, que se celebra con jurado popular, los primeros en declarar ha sido los familiares de la víctima. “Nos encontramos de nuevo con un pico de dolor y sufrimiento porque hay que ver la reconstrucción de su muerte”, sostiene Catalina. En la sala se ha podido observar a Eugenio Delgado, el único acusado del crimen.
El detenido sostiene que Manuela murió accidentalmente tras golpearse la cabeza durante una discusión por una cuna. Un relato que no coincide con el de la Fiscalía y las acusaciones. “Defiende una caída por detrás y el cuerpo no tiene lesiones en la parte de atrás de la cabeza”, apunta Verónica Guerrero, letrada de la acusación particular. Ahora piden para el acusado la prisión permanente revisable, la libertad vigilada durante los siguientes 10 años y el pago de más de un millón de euros que el Ministerio Fiscal ha rebajado hasta los 700.000 euros. Mientras que el abogado de Eugenio Delgado, Javier Gutiérrez, solicita la libre absolución por falta de pruebas.
La Fiscalía señala que alrededor de las 02:15 horas del cinco de julio, Eugenio se dirigió a la vivienda de Manuela tras haber visto desde el exterior que estaba sola en su domicilio. Con la excusa de que debía devolverle una cuna, que él le prestó en su día, ambos se dirigieron a la vivienda familiar del joven, a unos 80 metros de distancia.
En el interior y sin el consentimiento de Manuela, la abordó para satisfacer sus deseos sexuales y la agredió hasta causarle la muerte. Después, cargó con el cuerpo sin vida de Manuela en su vehículo y se dirigió hasta su finca. Allí lo enterró envuelto en una sábana y atado con cuerdas. Cerca de 70 especialistas y peritos conformarán el grueso policial. Desde expertos del análisis del comportamiento delictivo y “forenses electrónicos” hasta facultativos del Instituto de Antropología de Madrid y del Instituto de Medicina Legal Badajoz, además de agentes de la UCO.