Pablo Álvarez, el primer astronauta español en 30 años: "Es normal que se sienta miedo"
El joven español de 35 años llevaba soñando con el espacio desde que era pequeño
El momento de ponerse el traje y ver las alas colocadas fue uno de los instantes más importantes para él
Pablo Álvarez se subirá a un cohete de 70 metros que le mandará fuera del planeta a 28.000 kilómetros por hora
Pablo Álvarez Fernández se graduó como astronauta en el Centro Europeo de Astronautas en Colonia (Alemania). Él es el primer astronauta español en 30 años tras cogerle el testigo a Pedro Duque, según informa Irene Fernández. Pronto irá al espacio y quizás a la Luna. Hoy destaca en Noticias Cuatro el instante más emotivo: “El momento de ponerme el traje y ver las alas fue importante. Son muy simbólicas porque significan que nos pueden asignar una misión espacial antes de 2023. Todos podemos volar”.
El joven español de 35 años llevaba soñando con el espacio desde que era pequeño. “Tengo un recuerdo de estar mirando las estrellas y la Luna. La primera vez que de niño te cuentan que ha habido personas que han pisado la Luna, está esa emoción de ‘Yo también quiero hacerlo’”, confiesa.
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“Parece lo típico que siempre le pasa a otra persona”, asegura Fernández
Pablo Álvarez dejará de dar paseos en León para hacerlos en el espacio. Él sigue sin creerse todo lo que ha conseguido. “Parece lo típico que siempre le pasa a otra persona”, reconoce. Y es que la decepción le llegó cuando tan solo era un niño y supo que tan solo 12 personas habían estado en el satélite. “Cometí el error de dejar de creérmelo, de pensar que si había tan pocas personas era imposible”, añade.
Ahora, este joven leones sueña con seguir este recorrido que podría llevarlo a la Luna. “El plan actual es subirme a un cohete de 70 metros que me va a mandar fuera del planeta a 28.000 kilómetros por hora. Daremos una vuelta a la Tierra cada hora y media. Me va a separar del vacío del espacio una capa de tres milímetros de aluminio durante tres meses. Luego, hay que frenar esos kilómetros y caer en medio del océano y ya vendrá un barco a recogerme”, concluye Álvarez. Y es que, tal y como dice él, es normal sentir miedo ante esta gran oportunidad que tiene por delante.