En algunas ocasiones nos desvivimos por capturar la mejor foto o el mejor selfi, tanto que a veces la búsqueda de los likes puede acabar en un trágico final. Es lo que le ha ocurrido a la influencer rusa Inessa Polenko que ha perdido la vida por querer hacerse una foto en un acantilado de Georgia, Estados Unidos. La mujer, de 39 años, se saltó las barreras de seguridad, tropezó y cayó al vacío desde 50 metros de altura. Los equipos de emergencia intentaron salvarla mientras la trasladaban al hospital. No es la primera influencer que pierde la vida de esta manera.
Inessa Polenko se encontraba grabando contenido para sus redes sociales en un acantilado de Gragy, en Georgia (Estados Unidos). Entonces saltó la barrera de seguridad que impedía acceder a la zona más peligrosa del mirador, tropezó y acabó cayendo al vacío. Pese a la rápida llegada de los equipos de emergencia, las heridas sufridas por Polenko durante el accidente resultaron fatales y falleció en el hospital.
Este tipo de muertes buscando el el selfi perfecto, por desgracia, no son una excepción y cada vez surgen más casos como este.
Un chico de 23 años estaba posando sobre una piedra para sacarse la mejor foto, pero se resbaló y se precipitó por una cascada, jamás la encontraron. Un chico que era conocido por subir vídeos con mucho riesgo se cayó el pasado agosto desde el piso 68 de un edificio de Hong Kong (China).
Otra chica canadiense se encontraba en un parque natural y se terminó por desviar del camino, de manera que se desorientó y se la encontraron sin vida en el fondo de un barranco. Una influencer china comentaba: "La vida tiene que ser divertida, no tonta". Ella hacía fotos desafiando a la gravedad en la naturaleza, pero a los 32 años falleció al caerse de uno de estos lugares.
Un estudio en España revela que somos el cuarto país con más muertes por selfis del mundo. La última tuvo lugar recientemente en Tenerife, después de que un turista perdiese la vida al precipitarse al mar. Estaba haciendo fotos al fuerte oleaje en una zona de piscinas naturales. No hace falta una larga lista de seguidores para llegar hasta el límite.