La Guardia Civil ha localizado a Antonio Moncayo en Caparroso (Navarra), desaparecido hace 20 años en Bilbao (Euskadi). Según informa en el vídeo Raquel Duva, en su día sus familiares denunciaron que habían perdido el contacto, pero ahora han dado con él.
Antonio afirma que no quería que lo encontraran, pero su hija Begoña no ha parado de buscarle. Añade que gracias a Dios él sigue aquí y que se alegró por ver a su hija. Se marchó voluntariamente de su casa en Bilbao en abril de 2004. Sus hermanos, su mujer y sus hijos presentaron una denuncia en la comisaría de Barakaldo (Vizcaya) porque estaba en paradero desconocido.
Elsa Expósito, portavoz de la Guardia Civil de Vizcaya, comenta que el dato de que en 2013 Antonio renovase su DNI fue de vital importancia, porque esto supuso un indicio de que seguía con vida. También añade que recibía los ingresos de su pensión mensualmente en una cuenta corriente de Navarra, por lo que se fue a comprobar qué persona recibía ese dinero.
En las desapariciones de personas, son muy importantes la constancia de la familia, la labor de las autoridades y las asociaciones como SOS Desaparecido. La expareja de Antonio fue quien denunció su desaparición y luego continuó con el proceso su hija Begoña. Ella contactó con las autoridades en varias ocasiones y consiguió que le realizaran a su hermano las pruebas de ADN a finales del año pasado.
En una entrevista para elcierredigital.com, Begoña cuenta que el caso de su padre confirma que siempre hay que mantener la esperanza. Sin la ayuda de los medios y de SOS Desaparecidos su historia no hubiera sido posible. Añade que le gustaría decir a todas las personas que tienen desparecidos que nunca dejen de luchar por lo que ellos quieren y que no se rindan. También, aunque a veces no es así, el final feliz puede llegar y ella, después de 20 años, puede decir que su final es feliz.
Unos días antes de la desaparición de Antonio había fallecido su mejor amigo, por lo que acudió a su entierro, pero no se le volvió a ver desde entonces. Los padres de Begoña se habían separado, por lo que ella se fue a vivir a Reinosa (Cantabria) con su madre, pero mantenía el contacto con su padre Antonio. Begoña se presentó un día en Bilbao por si su padre había vuelto, pero no fue el caso.
Begoña se enteró de que su padre pasó un tiempo viviendo en casa de su tía después de que activase la denuncia de nuevo en 2009. Desde entonces Begoña empezó a contactar con gente y al buscar su nombre y sus apellidos descubrió que había recibido una denuncia por venta ambulante de juguetes. La denuncia se recogía en el BOE, pero añadían que no le encontraron para notificárselo.
Begoña tuvo que conseguir los certificados de no defunción para demostrar que no aparecía entre los fallecidos y poder poner la denuncia. Después ya contó con la ayuda de SOS Desaparecidos para elaborar el cartel de búsqueda y con las pruebas de ADN realizadas a su hermano, descubrieron que renovó el DNI en 2013 y que vivía con su hermana en Navarra.