La lucha de Lucía, una joven que sueña con ser enfermera y que es rechazada por ir en silla de ruedas

Hay ocasiones en las que tener una discapacidad dificulta mucho el encontrar un trabajo. Es el caso de Lucía Martínez, quien se desplaza en silla de ruedas por una lesión medular. Su sueño es ser técnica de enfermería, pero siempre es rechazada. "La primera vez que me llamaron, de un hospital Público de la Comunidad de Madrid, me dijeron que el puesto era para trabajar en urgencias. Le recordé a la chica que iba en silla de ruedas y me dijo que no podía", afirma ella. Así hasta en tres ocasiones.

Lucía sabe que los puestos adaptados existen y no se rinde en su lucha: "Mientras a mí me acepten la documentación, voy a seguir intentándolo". Ella denuncia que ni siquiera se leen todo el papeleo que envía y pide que se incluyan filtros, controles y que se especifique la necesidad de este tipo de trabajos.

Lucía le echa la culpa a la lesión: "¿Por qué a mí?"

Lucía Martínez es una joven con un sueño: ser enfermera. Su lesión medular se ha convertido en su gran obstáculo para conseguirlo. Ella es consciente de sus limitaciones, aunque sabe que puede ofrecer mucho. "No puedo estar con una persona crítica, pero puedo estar en un centro de salud, en extracciones, diciéndole a la gente que pase y leyendo lo que le pide el médico", sostiene.

No poder encontrar un trabajo por estar en silla de ruedas le está pasando factura. "Quizás si hubiese tenido un accidente de tráfico porque la culpa hubiese sido mía. Pero se la echo a la lesión. Me pregunto por qué me tiene que pasar a mí", añade. A pesar de esto, su vocación es tan grande que sigue luchando. "Trabajas al final para vivir. Cuando estás en un trabajo que te gusta es distinto, recuerdo llegar dos horas antes", recalca Lucía.

La 'Fundación A La Par' y el Grupo Rodilla

La ‘Fundación A La Par’ lleva 75 años trabajando para formar y ayudar en la inserción laboral de personas con discapacidad. Sergio Martín ha tenido varios trabajos con la fundación y hace unos años realizó un curso de formación en hostelería y tras ello comenzó a trabajar en hostelería. En la fundación cuentan con un pequeño restaurante, un parque de ocio infantil y un lavadero de coches entre otras cosas.

Desde la propia fundación afirman que para ellos es complicado llegar a empresas como ‘Rodilla’, que todo el mundo conoce, para que así puedan demostrar de lo que son capaces las personas con discapacidad, ya que pueden tener una gran profesionalidad y no solo en entornos protegidos. Añaden que la unión entre la empresa y el tercer sector es posible y muy valiosa.