El 11 de marzo de 2004 se escucharon estas palabras en la radio: “Explosión de hace unos minutos en las vías del ave”. “Estaba afeitándome cuando saltó la noticia”, afirma Juan Gómez Bermúdez, presidente del tribunal que juzgó el atentado terrorista. “Vivía muy cerca de la Audiencia Nacional. Me fui rápidamente a ver a los compañeros. Todos decíamos que era una barbaridad de ETA. Pero a las cuatro horas lo descartamos”, apunta.
Tras las primeras informaciones que recopilaron desde la Policía Nacional, ellos sabían que no era la dinámica de ETA. “Acuden a una de las mochilas que no explosiona en Atocha y visualmente cuando la inspeccionan ven que se trata de una dinamita tipo goma. Era de color blanco roto tirando a beige, característico de la goma dos. El Titadine es rojo”, señala el magistrado que dejó la adjudicatura porque “no tenía progresión profesional dentro de la carrera” después de ese juicio.
Tres años después del atentado yihadista comienza el juicio el 15 de febrero de 2007. “Era consciente de que iba a ser muy duro, al igual que lo fueron para mis dos compañeros del tribunal. Tanto física como psíquicamente”, indica Gómez. Los testimonios de algunos supervivientes fueron todo un desafío personal. “Por motivos puramente sentimentales, la que más destacó es la de una víctima que era muy joven. Resultó gravemente herido”, indica sobre el joven que acabó con secuelas en el lazo izquierdo de su cuerpo.
El joven declaró en primavera. Mientras que expresaba con palabras todo lo vivido, el cielo se cerró y empezó a llover. Gómez tenía que ofrecerle la posibilidad de reclamar y la víctima no dudó en su respuesta. “Reclamo la máxima pena para los culpables pero también responsabilidades políticas del antiguo poder ejecutivo”, dijo el joven. “Causó todo un revuelo”, sostiene el magistrado.
En el banquillo se sentaron 21 acusados, de los cuales, 18 fueron condenados a distintos tipos de pena. Tres de ellos seguirán en presión hasta 2044: Emilio Suárez Trashorras, Jamal Zougam y Otman el Gnaoui. Para Gómez, este juicio le resultó “curioso por las vinculaciones que se produjeron”. “Hay tanta tensión y tanto en juego que a veces tienes recuerdos agradables". En la sentencia no hubo dudas por parte de ningún magistrado.
“Las deliberaciones y todo lo que aparece en la sentencia fue resuelto y votado por unanimidad. No hubo ni la más mínima oposición”, afirma el juez sobre una cuestión que todavía suscita dudas. “Las teorías de conspiración están muy en boca y siempre lo han estado. En Estados Unidos el 7% cree que Elvis vive. La teoría se basa en descontextualizar un dato que le asocias una consecuencia. A partir de ahí, no le prestas atención a todo lo que desmiente que esa sea la consecuencia”, subraya sobre la conspiración sobre la autoridad de ETA en este atentado que se cobró la vida de 193 personas.