Estamos acostumbrados a oír hablar de ketamina o MDMA en el contexto de operaciones policiales o campañas antidroga, pero es posible que pronto las podamos tomar con receta médica. En Estados Unidos se está estudiando el uso del éxtasis para tratar el estrés postraumático, por ejemplo, de los veteranos de guerra. Se espera que ese país le dé el visto bueno el año que viene.
El precedente es Australia, que aprobó el año pasado MDMA para tratar la depresión resistente. Otras sustancias, como la ayahuasca o la ketamina, también están siendo estudiadas por los científicos para tratar patologías que no reaccionan a los medicamentos tradicionales.
En España, se aprobó el año pasado la esketamina, un derivado de la ketamina que ahora financia la Seguridad Social. Los expertos advierten sin embargo de que estas sustancias solo son beneficiosas combinadas con terapia y bajo una exhaustiva supervisión. Los médicos hacen un cribado muy estricto de los participantes en los estudios, y descartan por ejemplo a personas con antecedentes de esquizofrenia o adicción a las drogas.