La jubilación de un conductor de autobús en Barcelona se ha convertido en una agradable sorpresa. Los pasajeros que ha llevado en su ruta durante nueve años se han unido para organizarle una despedida especial. Se ha jubilado después de 34 años como conductor de autobuses, los diez últimos en el barrio de Vallvidrera en Barcelona.
Los vecinos se reunieron en la parada del Torrent de Rovelló para recibirlo con aplausos tras su último viaje en el autobús 118. Quico, el conductor jubilado, cuenta entre lágrimas que fue una emoción brutal. Los vecinos le agradecen mucho su humanidad durante estos años, ya que Quico siempre se ha volcado en ayudarles.
Un vecino del barrio comenta que le llevaba hasta la puerta de casa, que está dentro de la ruta del bus, pero no es una parada como tal. Además, paraba el autobús y le ayudaba a bajar con las muletas. Otro vecino dice que Quico llamaba por teléfono a la gente que se había dormido porque no llegaban a trabajar y él sabía perfectamente que tenían que estar a esa hora en la parada.
Por todo esto, han querido devolverle su implicación demostrándole su cariño. Nadie quiso perderse el adiós a su chofer más querido. Ahora Quico ya es un pasajero más del que fue su autobús y se sube para así visitar a los que siempre serán sus amigos. Una entidad vecinal del barrio ha destacado la labor de Quico y ponen en valor la necesidad de más conductores como él, ya que la línea del autobús tiene una frecuencia de paso de 45 minutos.
El homenaje ha sido bien recibido en redes sociales, donde la gente se alegra del gesto que han tenido con Quico, Algunos comentarios como “alguna cosa debe haber hecho bien este señor”, a lo que el usuario que difundió las imágenes contestó que sí “saltarse las reglas de la empresa por humanidad.