AMOC, la corriente del Atlántico que podría colapsar en 2025: "Es como si nos quitasen el termostato"

La circulación de vuelco meridional del Atlántico o AMOC es una corriente oceánica que se encarga de regular nuestro clima. Un posible colapso podría tener consecuencias irreparables. Y es que si deja de funcionar, tendrá un impacto grave en el clima de Europa. “Sería un enfriamiento súbito”, explica Jorge Olcina, climatólogo.

“Estamos aportando cada vez más agua dulce al Atlántico norte. Al tener menos salinidad, pesa menos y no se hunde tanto hacia el fondo”, advierte Mario Picazo, meteorólogo. Los expertos se muestran preocupados por las consecuencias que traerá el colapso de la AMOC.

El cambio climático ya está afectando en los fenómenos atmosféricos. Así lo vemos con las imágenes de Alicante, donde los habitantes se encuentran en la playa en pleno mes de febrero. Uno de los puntos de inflexión que preocupa a los científicos es el inminente colapso de la AMOC.

“Es la circulación de aguas cálidas que hay en el Atlántico norte que proceden de la zona tropical que llegan hasta los países escandinavos”, define el climatólogo Jorge Olcina. Es decir, cuando el agua cálida sube y la fría baja, se forma una corriente continua que hace un clima bueno en Europa y en el norte de América. “Esas latitudes que son muy frías y que tendrían hielo permiten la vida debido a la llegada de las aguas cálidas”, añade.

Los científicos alertan que el colapso de la AMOC podría empezar en 2025. “Colapso quiere decir que la circulación de esa corriente deje de funcionar”, afirma Olcina. Si esto ocurre, habrá un impacto grave en el clima de Europa. “Es como si nos quitaran el termostato, que es lo que mantiene caliente al continente”, confirma Picazo.

Aunque no todos los científicos se ponen de acuerdo. La incertidumbre alrededor de la AMOC se debe a los datos limitados que existen, ya que la circulación de vuelco meridional del Atlántico sólo se ha monitorizado desde 2004. Así, los científicos utilizan con frecuencia las temperaturas de la superficie del mar para determinar su velocidad. Sea como fuese, existe un factor que nadie puede negar: el colapso de la AMOC ya es una realidad que puede ocurrir muy pronto.