Utilizar agua de mar para llenar las piscinas. Esta es la alternativa que han encontrado para adaptarse a las nuevas medidas que han entrado en vigor por la sequía. “Es agua 100% natural. No hay ninguna impureza, algas, arena ni peces flotando”, ha explicado Úrsula Ribera, directora de Aqua Marina.
Esta empresa se dedica a envasar agua del mar para un uso farmacéutico y alimentario. Hasta ahora. Tras entrar la fase de emergencia en Cataluña, las peticiones para llenar las piscinas les han comenzado a llegar. “La lista se ha triplicado en cuestión de días. Proceden de particulares, campings, hoteles y las comunidades de vecinos”, comenta Judit Puig, cofundadora de la compañía.
Para lidiar con la situación extrema causada por la sequía se requiere ingenio. Y así lo están haciendo. Este negocio, ubicado en la Costa Brava, ha comenzado a destinar el agua de mar envasada para llenar las piscinas. “Utilizamos un surtido de mangueras y unas mallas para concentrados. Después recogemos el agua y la llevamos a la piscina. Es una solución porque el agua corriente está restringida”, describe Puig.
Con el anuncio del estado de emergencia por la sequía, el riego agrícola, la ganadería y otros espacios como las piscinas se han visto afectados. En este último, queda totalmente prohibido llenar total o parcialmente todo tipo de piscina, salvo alguna excepción. Esto explica que la empresa ya haya recibido 60 peticiones en los últimos tres días.
Más de 200 municipios tienen un reto por delante para cumplir con las restricciones de agua. Entre las medidas más destacadas, se encuentra el límite de 200 litros por habitante y día. También está prohibido regar cualquier jardín, tanto público como privado. Actos cotidianos como lavar el coche quedan prohibidos salvo que se haga en establecimientos que tengan sistema de reaprovechamiento del agua.
Se reduce en un 80% el riego agrícola, en un 50% la ganadería y en un 25% el industrial, el mismo porcentaje que para los recreativos. Así como la limpieza de espacios urbanos con agua potable y la utilización del agua en actos lúdicos, públicos o privados como pistas de hielo, fiestas de espuma o juegos de agua.