Donald Trump ha vuelto a usar el Despacho Oval como escenario para su show particular. El presidente estadounidense -que ha puesto aranceles a los coches fabricados fuera del país- ha invitado a uno de sus músicos más fieles, Kid Rock. El artista ha ido con una indumentaria muy patriótica y ha formado parte de la performance para firmar una orden ejecutiva que va a frenar la abusiva reventa de entradas y el uso de bots para comprarlas.

La escena parecía de película. El presidente de Estados Unidos, con traje y corbata, se ha sentado en el Despacho Oval acompañado del cantante Kid Rock. El músico ha acudido vestido como si estuviese en uno de sus conciertos. El objetivo era firmar una orden ejecutiva para combatir la especulación y la reventa de entradas en estos espectáculos.

El artista Kid Rock es un ferviente defensor del mandatario republicano. Le gusta tanto que ha pedido su voto en conciertos y el magnate incluso ha llegado a participar en algunos de ellos. Hacer política como si hiciera negocios es un aspecto al que nos tiene acostumbrados.

Reconvertir Gaza en ciudad de vacaciones, querer comprar Groenlandia y ahora convertir el Despacho Oval en su pequeño show particular. Como cuando incluyó en una rueda de prensa a uno de los hijos de Elon Musk o cuando transformó el despacho en una guardería. Una de las últimas peculiaridades fue hacer que los jardines de la Casa Blanca fuesen un concesionario para promocionar la marca de su fiel escudero.

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