Europa ha alertado sobre el impacto del consumo de moda efímera sobre el planeta conocida como ‘fast fashion’. Se trata de una industria que recicla muy poco: el 85% de la ropa que se produce acaba después en incineradoras y vertederos, en su mayoría en Asia o África. Cada vez compramos más ropa y lo hacemos sin que nos haga falta, según informa Sergio García. “

Creo que de media, yo por lo menos, termino comprando una o dos prendas por mes”, ha confesado una joven. “Todos los meses tengo un presupuesto para ropa y me gusta darme un caprichito”, ha añadido otra. La Agencia Europea ha resaltado que cada europeo compra 19 kilos de ropa al año y desecha 16, lo que provoca la emisión de 159 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera. Esto equivale a que cada europeo haga un viaje de 1.800 kilómetros al año con un coche gasolina de Madrid a Roma.

Cada europeo, de media, se hace con 19 kilos de ropa al año. “Las tendencias cambian mucho, la moda va más rápido y la gente quiere innovar”, ha señalado Andy Figueroa, empleada de 'Tezenis'. Aunque influyen los precios que cada vez son más bajos. La ropa barata se ha convertido en un negocio suculento para muchas empresas españolas y esto hace que la facturación de la industria textil en Europa sea millonaria.

“Últimamente, la ropa tiene una calidad horrorosa y dura mucho menos que antes”, ha destacado una mujer. Aunque cada vez son más famosas las plataformas para revender prendas usadas. Pero sigue sin ser suficiente. Al año, cada europeo se deshace de 16 kilos de ropa que van a parar a vertederos ilegales de moda rápida más grandes del mundo. Como el que hay en el desierto de Atacama, otro en India o en el mercado de Kantomanto, en Ghana. Los países que más contaminación generan eliminando la ropa que nosotros ya no nos ponemos.

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