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Aunque puede parecer el guion de una mala película de espías ha ocurrido en realidad y no deja en buen lugar al gobierno de Donald Trump. Según informan Sara Canals y Ana Lorenzo en el video, Washington incluyó por error al periodista Jeffrey Goldberg en un chat de altos cargos para preparar el ataque a Yemen. El periodista pudo leer todos los mensajes de alto secreto militar, algunos del vicepresidente J.D. Vance. Goldberg pensó que era una broma hasta que el ataque ocurrió y ahora lo ha contado todo.
Se trata de un error descomunal de la administración Trump. Los principales cargos de política exterior estadounidenses compartieron con el periodista Jeffrey Goldberg información militar confidencial sin querer. El periodista estaba, por error, en un chat en el que se mostraban los planes de los ataques a los hutíes horas antes de que se produjeran.
Jeffrey Goldberg fue incluido en el chat privado por el mismísimo asesor de seguridad nacional de Estados Unidos, que compartió con él, por error, planes secretos. El periodista cuenta en la revista The Atlantic, de la que es director, que aceptó la invitación para sumarse al grupo en la aplicación Signal en el que Mike Waltz anunciaba que era para coordinarse sobre los hutíes y se revelaba el plan de ataque. Goldberg no pensó que fuera real hasta que comenzaron a caer las bombas sobre Yemen.
Entre los 18 altos cargos que había en el grupo se encontraba el secretario de Defensa, el de Estado o el vicepresidente J.D. Vance, que al principio muestra su desacuerdo y dice que "no estoy seguro de que el presidente sepa hasta qué punto esto es inconsistente con su mensaje sobre Europa ahora mismo" y añade, “si piensas que tenemos que hacerlo, vamos. Es solo que odio rescatar otra vez a Europa”.
Entonces responde el secretario de Defensa, Pete Hegseth, afirmando que "VP: comparto totalmente tu desprecio al oportunismo europeo. Es patético. Pero somos los únicos en el planeta capaces de hacer esto”. Finalmente llegan a un acuerdo.
Cuando el 15 de marzo se ordena el bombardeo contra los hutíes, el chat se llena de emojis y felicitaciones: excelente, buen comienzo, gran trabajo. El periodista, tras recibir información muy sensible se va del grupo.
Ahora, cuando a Trump le preguntan por el escándalo dice que no sabe nada y el secretario de Defensa insulta al periodista diciendo que es un mentiroso sin crédito que vende basura. Mientras, desde la oposición no pueden creerse que haya habido semejante brecha de seguridad.
Aunque suene a película todo esto es real y es un fallo muy grave de la administración Trump ya que, como explica en el subdirector de Noticias Cuatro, José Luis Fuentecilla, los altos cargos del gobierno de Estados Unidos estaban utilizando una aplicación prohibida para usos oficiales, se comunican a través de terminales inseguras, sus móviles personales, y revelan información de una operación militar en marcha que podría violar la ley antiespionaje. Además, en esta aplicación las conversaciones oficiales se autodestruyen al cabo de unos días y no quedan registradas en los archivos del Gobierno como exige la ley.
Fuentecilla explica que si este fuera un Gobierno normal deberían de rodar cabezas, pero parece que, a corto plazo, no habrá consecuencias políticas importantes para Trump. Habrá que esperar a ver qué ocurre ya que solo han pasado 24 horas desde que se ha conocido la mayor fuga de información militar secreta desde hace años.
Por ahora, hay dudas de que las agencias y departamentos controlados por Trump vayan a investigar el suceso. El líder de los republicanos en la cámara de representantes ya ha minimizado el caso, son errores de los que hay que aprender, ha dicho. Por otra parte, los demócratas, jueces y medios de comunicación que investiguen y den pábulo al asunto serán desacreditados por Trump. Para el magnate lo único que cuenta es que el bombardeo salió bien.
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