Donald Trump continúa con su política de recortes y la convierte, cómo no, en un espectáculo. Rodeado de pupitres y escolares, el presidente de Estados Unidos ha firmado la sentencia de muerte del departamento de Educación, lo que equivaldría a un ministerio. Según informa Sara Canals en el vídeo, este era uno de los objetivos del magnate y el tijeretazo ha dejado en la calle a más de 2.000 funcionarios. La pregunta ahora es quién va a asumir esas competencias y qué consecuencias tendrá su decisión.

El desmantelamiento del departamento de Educación, lo que vendría a ser el ministerio de Educación en España, afectará principalmente a todo lo que son becas, ayudas y préstamos federales. El presidente Trump ha prometido que va a mantener estos programas, aunque no está claro, exactamente, de qué manera piensa hacerlo.

Esta incertidumbre preocupa sobre todo a organizaciones y sindicatos del sector que denuncian que este cierre va a afectar a familias vulnerables, de clase media y que va a limitar el acceso a la enseñanza superior.

Por otro lado, hay que tener en cuenta que el cierre total del departamento de educación necesita la luz verde del Congreso, lo que ahora mismo es imposible sin el apoyo de los demócratas. La secretaria de educación, Linda McMahon, está comprometida, al menos, a intentarlo. Ella denuncia, al igual que Trump, que este departamento federal promueve el ‘wokismo’ y que es ineficaz. Lo cierto es que, a día de hoy, son los estados los que gestionan gran parte de su sistema educativo, incluyendo las normas, las reglas y los currículos escolares.

Para desmontar este departamento, Trump se justifica afirmando que el país está a la cola en asignaturas como en matemáticas. "El Departamento de Educación administra actualmente una cartera de préstamos estudiantiles de más de 1,6 billones de dólares. Esto significa que el programa federal de ayuda estudiantil es aproximadamente del tamaño de uno de los bancos más grandes del país, Wells Fargo", señala la orden ejecutiva.

La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, ha indicado en una rueda de prensa que el Departamento de Educación seguirá gestionando préstamos estudiantiles, becas o ayudas, y que el objetivo de la medida es "reducir" el grueso de sus funciones.

"No necesitamos gastar más de tres billones a lo largo de varias décadas en un departamento que claramente ha fracasado en su intención inicial de educar a nuestros estudiantes", ha dicho en alusión a la medida, que implicará que la mayor parte de las funciones de la agencia sean transferidas a otros departamentos.

"Cerrar el Departamento no implica cortar los fondos a quienes dependen de ellos: seguiremos apoyando a los estudiantes desde primaria y secundaria, a aquellos que tienen necesidades especiales, a los universitarios y otros que dependan de programas esenciales", reza un comunicado del propio departamento de Educación

En este sentido, ha resaltado que el objetivo es "eliminar la burocracia de forma responsable". Para ello, buscarán "trabajar" con el Congreso "para garantizar una transición legal y ordenada". Con la medida de hoy, damos un paso importante para que los padres y los estados tengan control sobre la educación de sus hijos", ha zanjado.

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