El absentismo escolar se ha convertido en un grave problema en Reino Unido desde la pandemia. Cada vez son más los niños que faltan a la escuela por irse de vacaciones con sus padres, una tendencia al alza que ha terminado por sancionar a casi medio millón de familias. Según informan Daniel Postico y Patricia Pereda, el Gobierno británico ha amenazado con endurecer las sanciones si los casos se siguen multiplicando.
Desde que comenzó el confinamiento y se flexibilizó la asistencia escolar, cada vez son más los padres que se llevan a sus hijos de vacaciones en pleno curso académico. El absentismo escolar está normalizándose en Reino Unido a un ritmo que preocupa a las autoridades.
Miles de familias se dieron cuenta de que los costes de las vacaciones eran mucho menores durante el curso escolar, por lo que aprovechan para ahorrarse gastos haciendo que los más pequeños falten a clase. El Gobierno de Reino Unido ya está sancionando a aquellos progenitores que se han sumado a la tendencia.
Un total de 445.000 familias han recibido multas de 70 euros, una cuantía ínfima en comparación a las consecuencias que puede llegar a tener el absentismo en los menores. Según las normas británicas, las escuelas podrán sancionar a los padres cuando un niño se haya ausentado a 10 o más sesiones sin autorización.
A partir de agosto de 2024, las multas han ascendido a 80 libras si se paga en un plazo de 21 días y 160 si se abona en 28 días. El máximo de multas se limita a dos cada tres años. Si se sobrepasa el límite, se podría plantear una orden de custodia o la apertura de un proceso penal, según informa el Gobierno.
En Reino Unido, la asistencia es obligatoria a excepción de alguna enfermedad, circunstancias excepcionales, por participación en una observancia religiosa o si el menor no se puede trasladar al centro en su transporte habitual. En España, la asistencia escolar entre menores de 6 a 16 años es también obligatoria a excepción de causas justificadas como una enfermedad.
El absentismo escolar no se queda atrás en nuestro país. La mayoría de familias admite haberlo puesto en práctica en los últimos años: “Se han ido a Disneyland Paris en fechas que había colegio”. Los expertos entienden que los niños falten puntualmente por motivos vacacionales, ya que “conciliar la vida familiar y la escolar es muy difícil”, según indica Leticia Cardenal, vicepresidenta del CEPA.
El problema llega cuando el absentismo es continuado, pudiendo afectar a la educación y calificaciones del menor. Si el alumno tiene un examen los días en los que se ausenta, podría enfrentarse a un problema: “Hay muchos docentes que sí que lo repiten o que les mandan alguna cosa compensatoria para poder subir nota, y otros que como tienen la evaluación continua, es un punto más”.
En el caso de nuestro país, las autoridades han anunciado que se podrían ver obligados en un futuro próximo a implementar sanciones económicas. Por su parte, el Gobierno de Reino Unido ya amenaza con endurecer sus medidas.
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