Uno de los momentos más comentados de la investidura de Donald Trump -en el que destacaron las ausencias y presencias del evento- fue la salida al escenario de Elon Musk. Todo por dos actos: su entusiasmo un tanto infantil y su forma de saludar al público. El magnate se llevó la mano al pecho y estiró el brazo al más puro estilo nazi durante la celebración en la que Trump hizo pedazos el legado de Joe Biden.

“Las elecciones van y vienen. Algunas son importantes, otras no. Pero esta, esta sí que importaba. Y solo quiero darles las gracias por hacer que sucediera”, aseguró Musk en el estadio. Tras la polémica, Elon Musk no ha dudado en responder en su red social X a las teorías sobre su saludo: "Francamente, necesitan mejores trucos sucios. El ataque de 'Todos son Hitler' es muy aburrido".

Elon Musk sube la escalera del estadio Capital One Arena y en la cima alza los brazos mientras le jalean. Él se regodea en los gestos, se gira y disfruta de la música y los gritos de los más de 20.000 asistentes. “Así es como se siente la victoria”, resaltó en medio de la multitud. Y aquí llega el momento más comentado de la noche: se muerde el labio, se golpea el pecho a mano abierta y alza el brazo hacia el cielo.

Las redes sociales enloquecen. Unos hablan de saludo nazi y otros de un saludo romano. Dos veces elevó el brazo hacia su grada. “Mi corazón está con vosotros”, indicó antes de agradecer esta victoria porque "el futuro de la civilización está garantizado". Ajeno a las controversias, Musk se fue como vino, levantando los brazos.

“¿Se imaginan lo maravilloso que será que los astronautas estadounidenses planten la bandera en otro planeta por primera vez? ¡¿Qué inspirador sería eso?!”, dijo durante el mitin. Aunque no fue el único momento curioso del consejero de Trump.

Durante el espectáculo, Musk estuvo al lado de Barron, el hijo del presidente de Estados Unidos. Mientras Musk parece imitar todos los emojis del teclado, el hijo del presidente evita el contacto visual con el amigo de su padre. Musk estuvo revisando su timeline de Twitter durante la ceremonia. Pero lo que sí queda claro es que, consciente o no, este gesto marcó la llegada al Gobierno del peculiar magnate espacial.

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