Las labores de rescate continúan en el Tíbet, donde se registró un terremoto de magnitud 7,1. Al menos 400 personas han sido rescatadas, pero temen que muchas sigan atrapadas bajo los escombros. Si están vivas, podrían sufrir hipotermia y deshidratación. De momento, 126 personas han muerto y el presidente ha pedido refuerzos para intentar rescatar al mayor número de supervivientes.

En una guardería, ubicada en el noroeste de China, un terremoto de magnitud 4,8 sorprendió a los más pequeños en torno a las 10:00 horas de la mañana. Los profesores cubrieron con su propio cuerpo a los niños para protegerlos mientras les trasladaban a un lugar seguro. Una escena que se repitió en varios puntos de la ciudad.

El seísmo en el Tíbet dejó imágenes de varios rescates. Los docentes protegieron a los más pequeños antes de poder evacuar los centros de forma segura en el Tíbet. También ocurrió con las enfermeras del ala de maternidad de un hospital, donde protegieron a los recién nacidos de las fuertes sacudidas del terremoto.

A lo largo de la ciudad, los ciudadanos corrían a refugiarse cuando comenzó el temblor e incluso abandonando negocios mientras intentan resguardar a los pequeños. En un instituto, la clase era evacuada en segundos cuando empezó la sacudida. Uno de los alumnos se dio cuenta de que un compañero no podía moverse y, sin pensárselo, se lo cargó a la espalda y le sacó de la clase. Un heroico acto que el centro y sus alumnos han querido reconocer entregándole un premio.

Más de 14.000 personas trabajan a contrarreloj en las tareas de rescate. Así, han instalado tiendas de campañas para los reubicados. "Los departamentos pertinentes del Gobierno chino han puesto en marcha la respuesta nacional de emergencia nacional nivel 2, y los trabajos de auxilio se está llevando a cabo de manera intensa y ordenada", explica el portavoz del Ministerio de Asuntos de Exteriores, Guo Jiakun.

Las autoridades chinas han enviado a la zona unos 22.000 artículos de socorro para catástrofes como tiendas de campañas, abrigos de invierno, edredones y camas plegables. El terremoto causó el destrozo de 3.609 viviendas en una zona donde se prevé que las temperaturas lleguen a los 17 grados bajo cero.

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