Moscú reconoce tres días después y con muchas evidencias, incluido vídeos, que el avión de Azerbaiyán que se estrelló en un aterrizaje de emergencia cuando se dirigía a Grozni pudo haber sido derribado por baterías antiaéreas rusas que repelían un ataque ucraniano con drones. El presidente ruso, Vladimir Putin, ha pedido perdón a las familias de las 38 víctimas, entre ellas, seis rusas.

Putin se ha disculpado este sábado por el trágico accidente del avión de Azerbaiyán Airlines del pasado día de Navidad en Kazajistán. Un comunicado emitido por el Kremlin tras una conversación entre Vladimir Putin y su homólogo azerbaiyano admite de forma implícita que las fuerzas rusas fueron responsables del derribo del aparato que dejó 38 muertos y 29 supervivientes.

En ese comunicado, se relata que Putin le ha explicado a Ilham Alíyev que en el momento en el que el vuelo procedente de Bakú estaba intentando aterrizar en su destino, Grozni, la capital de la república rusa de Chechenia, así como otras poblaciones del sur del país, estaban siendo atacadas por drones ucranianos, un extremo que el viernes adelantó el portavoz del Kremlin, Dimitri Yadrov.

Inicialmente se habló del impacto de una bandada de pájaros, pero las evidentes señales en el fuselaje, el relato de los supervivientes, que hablan varias explosiones en pleno vuelo, así como el último informe de la compañía aérea, donde se confirma que la causa del derribo fue un "impacto físico y técnico externo", apuntan a baterías antiaéreas rusas que disparaban a los drones.

El aparato, con enormes dificultades, pudo cruzar el mar Caspio hasta estrellarse cerca de la ciudad kazaja de Atkau.

En definitiva, un perdón, a su manera, del presidente ruso hacia un país, Azerbaiyán, del que depende en gran medida su capacidad de control sobre el Caspio.

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