El carguero ruso Ursa Major se hundió el 23 de diciembre cuando navegaba entre las costas de España y Argelia. Se trata de un buque conocido por la OTAN porque trabaja para el ejército ruso y estaba siendo monitorizado. Supuestamente el barco iba a llevar material civil hasta el puerto ruso de Vladivostok, pero se sospecha que su destino en realidad era Tartús, en Siria, un puerto que Rusia utiliza para evacuar militares y dar apoyo logístico. Un naufragio lleno de incógnitas por resolver.
El buque, según afirma Moscú, salió del puerto de San Petersburgo y, supuestamente, iba cargado con dos enormes grúas portuarias y piezas para buques rompehielos que debían llegar hasta el puerto de Vladivostok, pasando por el canal de Suez. Pero, según afirman los servicios secretos ucranianos, el barco se dirigía a Tartús, en Siria, un puerto que Rusia utiliza para evacuar militares y dar apoyo logístico.
Lo único que está claro es que el buque no llegó a su destino. Se hundió a 62 millas náuticas de la costa de Cartagena, en aguas internacionales del Mediterráneo, después de que una explosión destrozara su sala de máquinas.
Este hundimiento está cargado de sospechas. Según el diario británico The Sun, el barco forma parte de una misión secreta de Vladimir Putin para retirar equipos militares que Rusia tiene en la base naval siria de Tartús, tras la reciente caída de Bashar al-Asad.
Se desconoce también qué ha pasado con los tripulantes desaparecidos, porque de los 16 hombres que iban a bordo del Ursa Major, se ha rescatado a 14, hay dos que no han llegado a este puerto de Cartagena, asistidos por el personal de la Cruz Roja española, antes de pasar a cargo de la embajada rusa y ser repatriados a su país.
Las autoridades rusas ya han abierto una causa penal por el hundimiento y la muerte de dos o más personas, asegura el Comité de Investigación.
Según informa Dani Montero en Noticias Cuatro, probablemente nunca se sabrá si este barco participaba en una misión secreta. En el mundo de los espías, cuando se lleva a cabo una misión secreta lo importante no es que no sospechen de ti, si no que nunca puedan acreditar al 100% que estabas haciendo algo que no debías.
En este caso lo que dicen los rusos es que el barco llevaba material civil para la ampliación de un puerto, pero la sospecha hace pensar que estuvieran trabajando en una operación distinta.
El principal indicio que hace pensar que se trataba de una misión secreta es, básicamente, que el tráfico marítimo está 100% monitorizado y sabemos que, desde hace años, estos barcos estaban trabajando en una línea que los expertos internacionales apodaban la Siria Express, porque eran los encargados de surtir de material militar a las dos grandes bases que Rusia tenía en Siria. La sospecha ahora es que este barco se estaba moviendo hacia la zona para rescatar parte de ese material después de la caída del régimen sirio.
Además, los movimientos de estos barcos se pueden conocer porque la normativa internacional obliga a todos los buques por encima de 300 toneladas a tener un sistema de identificación obligatorio que les localiza en todo momento para evitar colisiones en alta mar.
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