Hoy es día de celebraciones en Siria. Es la primera vez en décadas que los sirios pueden celebrar en libertad el día de la oración con la llegada de una nueva era, según informa Laura de Chiclana y Cristina Herráez. Pero no es el único sitio donde se está viviendo una jornada festiva. A miles de kilómetros de allí, en la casa de la familia de Travis Timmerman, en Missouri celebran el mayor regalo de Navidad: la liberación de su hijo. Las historias de las torturas en el 'matadero humano' han demostrado los horrores que muchos de ellos tuvieron que soportar.

“¡Gracias a Dios, está vivo!” señalan los padres de Travis, uno de los miles de presos liberados tras la caída del régimen. Es un peregrino cristiano estadounidense de 30 años que hace siete meses entró en Siria desde el Líbano. Fue encarcelado por los militares de Bashar al-Assad.

Moaz Mouraab puede descansar hoy junto a su familia en Líbano tras estar 17 años detenido en Siria. El relato de las torturas y de los métodos empleados por el régimen en las cárceles es escalofriante. “En esta habitación, conocida como ‘el dormitorio de la muerte’, morían diariamente entre una y tres personas”, señala uno de los encarcelados.

El lado oscuro de un régimen al que Estados Unidos vinculaba con el narcotráfico. El descubrimiento de un enorme laboratorio, en las afueras de Damasco, sería prueba de ello. En el lugar había miles de pastillas de ‘captagón’, una potente anfetamina conocida como ‘la cocaína de los pobres’ o como ‘la droga de los yihadistas’.

Decenas de miles de personas han acudido a Damasco para orar y celebrar el fin del régimen. Es el primer viernes de un día sagrado que han podido acudir libremente. En la mezquita han entrado cantando, gritando e incluso levantando a hombros a uno de los rebeldes que ha traído la libertad. Después, han realizado una marcha hasta la Plaza de los Omeyas.

El líder de los rebeldes, Abu Mohammed al-Jolani, ha publicado un vídeo para pedir que todos saliesen a la plaza para celebrar lo que ha denominado como ‘la victoria de la revolución’. Ahora, con una gran sonrisa, muchos han salido a la calle sin miedo -en un día histórico- con la bandera rebelde ondeando en la zona.

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