Gisèle Pélicot, la mujer violada por más de 50 hombres, ha declarado hoy de nuevo. Ella ha confesado que ha vivido en una mentira y en un infierno: “Soy una mujer totalmente destruida y no sé cómo voy a salir de todo esto”. La víctima ha llegado con cientos de mujeres apoyándola dentro y fuera tras el desgarrador testimonio de su hija. Según informa Carlos Herranz y Sergio García García, la víctima ha querido subrayar que se ha sentido humillada en varias fases del proceso por quienes han intentado tacharla de alcohólica o de cómplice.
Tras dos meses durísimos, Gisèle Pélicot se ha dirigido a su exmarido. “Soy una mujer totalmente destruida y no sé cómo voy a salir de todo esto. Ya tengo 72 años y no sé si lo lograré en los años que me quedan”, ha reconocido. Su esposo fue el que permitió a más de 90 hombres violarla durante décadas.
Ella ha asegurado que lo suyo no es valentía sino que lo que pretende son cambios en la sociedad. Su testimonio llega en el ecuador del proceso -que durará hasta el 20 de diciembre- con 51 acusados que se enfrentan a penas de hasta 20 años.
Gisèle Pélicot, que durante una década fue supuestamente drogada por su exmarido y sometida a violaciones de decenas de hombres, se ha dirigido a él por primera vez en sus declaraciones. "¿Cómo me pudiste traicionar así? Dejar que estos desconocidos entrasen a nuestra habitación", ha señalado. La víctima ha evitado mirar directamente a su exmarido, a quien ha llamado por su nombre de pila, Dominique, por la “carga emocional”.
"Cuando tomé la decisión, fui consciente de que no debía tener vergüenza. De que no podía reprocharme nada", ha confesado. Los 50 acusados eran conscientes de que ella estaba drogada, así lo dijo su propio exmarido en su primera declaración. Uno de ellos, con la cara cubierta y la voz distorsionada, ha explicado cómo empezó todo: “Me encontré con un anuncio de una pareja que buscaba una tercera persona. Inmediatamente, me interesé y dije: ‘¿Por qué no?’”, ha descrito.
Todos los hombres que la violaron, sabían lo que hacían a pesar de repetir las mismas excusas. “Él nunca me dijo nada, ni que ella estaba inconsciente, ni que estaba indecisa o que estaba drogada. Nunca me dijo nada de eso. Si me hubiese dicho ‘yo drogué a mi mujer o que le di pastillas para dormir’, yo no hubiera venido, no estoy loco. Sinceramente, no estoy loco. Estoy casado”, ha señalado.
A la salida de su declaración, Gisèle ha recibido un ramo de flores y de nuevo los aplausos. La mujer de 71 años ha querido que todas las audiencias fueran públicas y ha permitido a la prensa acceder a ellas: “Cuando decidí no hacerlo a puerta cerrada, quería que todas las mujeres víctimas de violaciones pudieran decir ‘La señora Pélicot lo hizo, nosotras podemos hacerlo”. Después de haber asistido a casi todas las sesiones hoy, Gisèle Pélicot -con la cara descubierta- ha intentado de nuevo que cale su mensaje: que la vergüenza cambie de bando.
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