El huracán Milton, de categoría cinco, tocará tierra en apenas unas horas. El teniente Dan será uno de los pocos que lo desafiará quedándose en su barco. Según informa Rocío Sañudo y Álvaro Berro, los modelos predicen marejadas ciclónicas de más de seis metros. Pero Dan estará, desde su pequeño barco, en Tampa, la zona donde se espera los efectos más devastadores. Él ya sobrevivió a ‘Helene’ -una de las peores tormentas- y se niega a abandonar su velero de seis metros porque, dice, es su casa.
Las autoridades han pedido a cinco millones de habitantes que abandonen la zona y el gobernador de Florida, Ronald Dion DeSantis, ha avisado: los que se queden, morirán. Para Dan, todo es una exageración: “No van a ser meses, serán unas horas de tormenta y no hay que preocuparse”.
El teniente Dan vive en un velero de seis metros. Este hombre, al que le falta una pierna, no tiene intención de irse con la llegada del huracán Milton. Y es que asegura que Dios le ha dicho que se quede. La Policía ha intentado hacerle entrar en razón sin éxito.
Su argumento es que vive en un barco y que, cuando el agua empiece a subir, él y su velero se elevarán con ella. El teniente ya ha sobrevivido al anterior huracán en su velero y ahora es una celebridad local. La gente se acerca para grabarse y hacerse fotos con él e incluso le llevan ropa y zapatillas para preparar la acometida del temporal. Aunque no todos confían en su pericia, ya que hay portales de apuestas donde los porcentajes ponen en duda que el teniente consiga sobrevivir a este huracán.
Las autoridades redoblan sus esfuerzos para garantizar la seguridad de los ciudadanos. Millares de personas han dejado sus casas mientras se espera que el impacto del ojo del huracán -con vientos de hasta 300 km/h- deje efectos devastadores. Para los que no hayan podido salir de la zona, advierten que busquen un buen refugio para salvar sus vidas.
Los agentes alertan que, si se quedan, se apunten su nombre e identificación en el cuerpo con un permanente para reconocer sus cadáveres. El resultado de esto: una ciudad fantasma. Hasta los pingüinos del acuario han sido trasladados a un lugar seguro. Así, se han habilitado decenas de refugios en escuelas y otras instalaciones protegidas, además de “megarefugios”, que podrán asistir a miles de evacuados.
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