En el zoo de Dublín estaban muy preocupados porque una orangutana no daba de mamar a su cría. Según informa Montse Ávila en el vídeo, para animar al animal se les ocurrió una iniciativa muy emocionante.
Mujur se esfuerza a diario para poder alimentar a su bebé, pero nadie nace aprendido. "Siempre la madre la primera vez anda un poco perdida", explica Antonio Garrucho, veterinario del Bioparc de Fuengirola. A falta de referentes, la orangutana, que vive en el zoo de Dublín, ha observado desde muy cerca a más de 30 mujeres que se ofrecieron voluntariamente.
Las voluntarias trataron de enseñarle de la mejor manera posible a través del cristal y aunque no es la primera vez que se utiliza este recurso con humanos, "es “llamativo", explica Garrucho, "al ver estos gestos parece que los humanos están más cerca, pero realmente los grandes primates estamos unos pegaditos a los otros".
Durante los tres primeros años de vida las crías dependen totalmente de su madre para alimentarse y transportarse. Experiencias como el mamar ayudan a desarrollar ese vínculo. "Nunca hemos descartado ningún método", afirma el veterinario, "una vez que aprenden se convierten en buenas madres porque saben lo que tienen que hacer".
A pesar de todo, Mujur todavía no ha podido amamantar a su cría, pero sí ha creado ese vínculo único.
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