Hay otro París más allá de los Juegos Olímpicos (JJ. OO.) de 2024, el de las personas sin hogar. El 6 de agosto la Policía francesa decidió limpiar un campamento instalado para protestar en la Plaza de la Bastilla. Los agentes revisaron una a una todas las tiendas de campaña, las recogieron y las cargaron en un camión. Mientras la Policía despejaba la zona, invitaba a los manifestantes a desalojar la plaza y a que volvieran a sus casas.

Una mujer comenta: “Fíjate en esa pobre anciana, tiene problemas de corazón y de rodilla y no tiene casa. (Ella) ha vivido en este país muchos años. Todos hemos trabajado aquí y hemos pagado nuestros impuestos, ¿por qué nos hacen esto?”. Al igual que la mujer que protesta por la anciana, muchos se preguntan ¿por qué hay tantas casas vacías en París y ellos no tienen acceso a una vivienda?

La acampada de la Plaza de la Bastilla tenía como objetivo denunciar la “limpieza social” de personas sin hogar y casas okupadas que se ha hecho en París en los meses previos a los JJ. OO. también han exigido a las autoridades oportunidades de vivienda digna para todos en París, en lugar de reubicar a las personas sin hogar en otras zonas de Francia.

Según recoge ‘Le Parisien’, con el apoyo de las ONG, refugiados y jóvenes aislados; se instalaron tiendas de campaña junto a las cincuenta personas que ya estaban instaladas desde principios de junio, a la espera de una vivienda social. El último informe de la Fundación Abbé-Pierre publicado en febrero recoge que más de 8.300 personas, entre ellas 2.800 menores, fueron rechazadas cada noche por el 115 (un número para solicitar una plaza en un centro de urgencia) el pasado otoño.

Destaca el incremento de esta cifra en comparación con el año anterior, cuando fueron 6.300 personas rechazadas. La asociación Utopía 56 recuerda que el 25 de julio, más de 300 personas de las que acamparon frente al ayuntamiento del distrito 18 para pedir refugio lograron un alojamiento de emergencia, pero cerca de un centenar siguieron en las calles de París.

El pasado 17 de abril la Policía francesa desalojó un edificio en el que había casi 500 okupas. Las ONG del país advierten de que Emmanuel Macron, presidente de Francia, no quiere okupas ni personas sin hogar en las calles, sobre todo, de cara a los JJ. OO. Durante este año se han acelerado los desalojos, siendo el mayor el de un edificio de oficinas con 450 personas en su interior.

Los medios locales muestran a la Policía desalojando los campamentos de migrantes y personas sin hogar que subsisten bajo los puentes del río Sena. Las organizaciones avisan que estas personas son trasladas hasta zonas muy alejadas como el sur de Francia. Muchos de los expulsados son migrantes en situación regular y con contrato de trabajo, pero les es imposible acceder a una vivienda por sus altos precios y los prejuicios a la hora de alquilársela.

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