La extrema derecha ha logrado una histórica victoria en la primera vuelta de las elecciones legislativas en Francia. Según informan Ana Lorenzo y Laia Forés en el vídeo, el objetivo del partido de Marine Le Pen es lograr la mayoría absoluta en la segunda vuelta. El del resto de la horquilla política, desde la izquierda radical a la derecha moderada es impedírselo, aunque no logran ponerse de acuerdo para frenarla. En la calle también se lo piden. En París miles de personas se han concentrado para mostrar su malestar contra el avance de la extrema derecha. Una multitudinaria manifestación que ha terminado en disturbios y caos.
La extrema derecha se impone por primera vez en la historia en la primera vuelta de las elecciones legislativas francesas. La Agrupación Nacional de Le Pen consigue más del 33% de los votos, pero no la mayoría absoluta, saca cinco puntos de ventaja a la coalición de izquierdas. El bloque de Macron, que convocó las elecciones, se desploma hasta poco más del 20% y pasa a ser la tercera fuerza.
Marine Le Pen saborea una victoria sin precedentes para su partido, la extrema derecha ha conseguido el mejor resultado de la historia en unas legislativas. "La democracia ha hablado y los franceses han colocado a Reagrupamiento Nacional y a sus aliados en la cima. Han aniquilado prácticamente al bloque macronista", afirmaba.
El partido de extrema derecha Agrupación Nacional ha sido el más votado con un 33% de los votos y la mirada puesta ya en la segunda vuelta de la semana que viene. Le Pen anhela convertir a su delfín, Jordan Bardella, de 28 años, en primer ministro.
El mapa de Francia se tiñe de azul, el partido de Le Pen ha arrasado y junto a sus socios han quedado en el primer lugar en más de 24.300 municipios. Solo en algunos núcleos urbanos, entre ellos París, está más equilibrado el resultado. Los extremos se consolidan en Francia y el mayor perjudicado es Macron.
La segunda fuerza, con un 28% de los votos, ha sido el bloque de izquierda que incluye a la Francia Insumisa, socialistas o ecologistas. Jean-Luc Mélenchon, líder del partido Francia Insumisa, ha sido contundente, "nuestra consigna es clara: ni un voto más para Reagrupamiento Nacional”.
El mayor varapalo ha sido para el partido del presidente Macron, que solo ha logrado el 20% de los votos, al que pertenece el primer ministro Gabriel Attal, quien ha asegurado que “la extrema derecha está a las puertas del poder. Nuestro objetivo es claro: impedir que consiga la mayoría absoluta".
Las elecciones, además, han dejado el hundimiento de la derecha tradicional, Los Republicanos, con un 6’5% de los votos.
La victoria de la extrema derecha es clara, pero aún no definitiva. Será tras la segunda ronda cuando se conozca la composición de la Asamblea Nacional y si Le Pen consigue alzar a su delfín como primer ministro, culminando su gran proyecto: el blanqueamiento del partido antiinmigración y euroescéptico fundado por su padre.
Este lunes, en plena resaca electoral, ya ha empezado la campaña para la segunda vuelta, que se celebrará el próximo domingo 7 de julio. Según informa Laia Forés, Le Pen se ha apresurado a movilizar a su electorado, mientras sus rivales llaman a la unidad para frenar a la extrema derecha. La coalición de Macron y la alianza de las izquierdas hacen un llamamiento a lo que llaman un frente republicano para frenar a la extrema derecha. Esto se traduce en que, en las circunscripciones en las que pasen tres candidatos a la segunda vuelta, el candidato que haya conseguido menos votos de esas coaliciones se retira. Este movimiento sirve para evitar la fragmentación del voto.
Mientras, el malestar por la victoria de la extrema derecha se ha trasladado a las calles de París. A menos de un mes que comiencen los Juegos Olímpicos, los fuegos artificiales iluminan el cielo de la capital, pero no hay nada que celebrar, son de protesta por la victoria del partido de Le Pen.
Miles de personas se han manifestado en contra de la extrema derecha y las concentraciones han terminados con varios episodios violentos y vehículos incendiados. Los manifestantes han utilizado contenedores a modo de barricada y han atacado bancos y multinacionales de comida rápida. La policía ha intentado dispersarles con gases lacrimógenos.
Este ha sido el broche de una jornada electoral, que comenzó con protestas y manifestaciones pacíficas nada más conocer las encuestas a pie de urna que anticipaban la victoria de Marine Le Pen. Miles de personas expresaron con pancartas, banderas y eslóganes su rechazo a la LGTBI-fobia o a la islamofobia de la extrema derecha, en la emblemática Plaza de la República de París. "Tenemos que luchar porque no quiero que mi hija viva en un mundo como este, con un gobierno en el poder que no respeta a las minorías, que no es tolerante ni respetuoso con los valores de la República. Por eso estoy aquí hoy, por otro futuro", afirma uno de los manifestantes.
Una imagen que contrasta con la vivida en el norte del país, celebrando hasta las lágrimas una victoria que consideran histórica. Las dos caras de una Francia que volverán a enfrentarse en las urnas el próximo domingo, en la segunda y decisiva ronda electoral.