Cuestionado por todos tras su desastroso debate con Donald Trump, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha intentado, un día después, reparar su imagen. En un evento en apoyo a la comunidad LGTBI le hemos visto junto al cantante y compositor británico Elton John.
Poco antes, en otro acto, se le ha escuchado, con un tono muy enérgico, defender su candidatura a la reelección. Anoche no le pesaron los 81 años y no tuvo titubeos y lapsus como los mostrados en los últimos meses. Los editoriales de la prensa, sobre todo demócrata, son demoledores.
A pesar de que reconociera en Carolina del Norte que no debate ni se mueve como antes, dijo que sabe levantarse cuando le golpean. Mientras tanto, pesos pesados como Barack Obama o Hillary Clinton le han defendido y apuestan por él para que continúe en la Casa Blanca.
De los balbuceos de este pasado jueves frente a su rival, al tono vigoroso y contundente mostrado unas horas después. "Trump ha sido uno de los presidentes, en toda la historia, que dejaron el cargo con destrucción de empleo, el otro fue Herbert Hoover", señalaba en su discurso.
Biden intenta dar la vuelta a la demoledora imagen del debate televisivo, seguido por 50 millones de personas. Se le ha visto débil y no lo esconde, al contrario, lo utiliza para empatizar, destaca Edurne Arbeloa.
"No ando tan bien como antes, no hablo tan bien como antes, no debato tan bien como antes, pero sé lo que sé hacer: decir la verdad", exclamaba ante sus seguidores en Carolina del Norte. Usa el espíritu de superación a su favor: "Sé, como millones de estadounidenses, que cuando uno cae, se vuelve a levantar".
Sin embargo, tiene todo en contra. Los principales periódicos, como 'The New York Times', le piden que se aparte de la carrera electoral por el bien del país. Pero él se reivindica: "Os doy mi palabra de que no sería candidato si no creyera con todo mi corazón y mi alma que puedo hacer este trabajo".
Según los analistas, solo dos personas podrían convencerle de dar un paso atrás, su esposa y el expresidente Obama. Y no parece que vayan a hacerlo.
Jill Biden resaltaba que "no hay nadie a quien preferiría sentado en el despacho oval ahora mismo". Obama también le ha dado su apoyo a través de la red social X, afirmando que "un mal debate lo tiene cualquiera. Creedme, lo sé".
Por otra parte, Donald Trump ridiculiza al presidente con un vídeo de sus lapsus. "Esto es una elección entre la fortaleza o la debilidad, la competencia o la incompetencia, la paz y la prosperidad o la guerra", asegura el magnate neoyorquino.
Si nada cambia, volverán a medirse en otro debate el próximo mes de septiembre.
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