En las últimas horas surgía la tímida esperanza de que el Ejército israelí pudiera hacer una pausa humanitaria cada día en sus ataques sobre el sur de la Franja, pero todo ha sido un espejismo, ya que Benjamin Netanyahu lo ha desmentido.
Para Netanyahu, un alto el fuego es "inaceptable", por lo que los combates en la zona de Rafáh no cesarán, como pide con insistencia la ONU y otros colectivos humanitarios.
El sábado por la noche, el primer ministro israelí subrayó de nuevo su intención de no parar la guerra hasta acabar con Hamás, sobre todo después de que el sábado el Ejército israelí viviese su día más mortífero en Gaza desde el comienzo de la guerra con la muerte de ocho soldados en el sur de la Franja.
El domingo por la mañana otros dos militares israelíes han muerto y dos están gravemente heridos al ser atacado el blindado en el que viajaban.
Este domingo, el Ejército ha publicado las imágenes del rescate hace una semana de la rehén israelí Noa Argamani liberada junto a otros tres hombres. Noa se convirtió en un icono cuando salieron a la luz las imágenes de su dramático secuestro el pasado 7 de octubre
A medida que las posibilidades de una tregua de se debilitan, la crispación crece en Israel. Las familias de los rehenes volvieron a manifestarse anoche en Tel Aviv y las protestas contra el Gobierno acabaron siendo reprimidas por la policía.
Mientras tanto, la guerra continúa pero la vida también. A pesar de que ya han muerto más de 37.000 palestinos, según Hamas, la vida se abre paso desde las precarias tiendas de campaña de los refugiados hasta el mar y algunos de los más de un millón de desplazados gazatíes intentan evadirse en la playas de Deir al-Balah en el centro de Gaza.