Israel muestra un vídeo inédito sobre el 7 de octubre. En las imágenes se ve a cinco mujeres soldados israelíes, rehenes de Hamás, suplicando por su vida. Siete meses después, se desconoce si siguen vivas o muertas. El Gobierno de Benjamín Netanyahu -que ha pedido a los palestinos que abandonen Rafah- ha mostrado hoy estas imágenes a los embajadores de los tres países que van a reconocer a Palestina como Estado el 28 de mayo. Según Laura de Chiclana y Beatriz Paloma, el primer ministro asegura que esta medida "no va a frenar los planes de Hamás".
El Gobierno de Netanyahu ha enseñado un vídeo donde se aprecia a cinco mujeres israelíes suplicar por sus vidas y ha llamado a consultas a su embajadora en España. Una publicación que coincide con el anuncio de España, Irlanda y Noruega de reconocer el Estado de Palestina. La retirada de los embajadores israelíes en los tres países ha sido la primera consecuencia con las que ha amenazado Israel.
Ellas son Liri Albag, Karina Ariev, Agam Berger, Daniela Gilboa y Naama Levy. Todas pertenecen a las Fuerzas de Defensa de Israel. Ellas fueron capturadas el siete de octubre tras el ataque de Hamás. Una de ellas, con el rostro ensangrentado, asegura que tiene amigos en Palestina.
Las imágenes, que fueron tomadas por las cámaras corporales de los terroristas de Hamás, muestran el estado en el que se encuentran a las 09:00 del siete de octubre. Una de ellas, con sangre en la cara, suplica por su vida al decir que tiene amigos de Palestina. Pero los terroristas les gritan que se callen. Los terroristas habían matado a 15 militantes y a ellas se las habían llevado a la base de Nahal Oz.
"Será un Estado del terror. Intentará una y otra vez llevar a cabo la masacre del 7 de octubre y no lo consentiremos. Un premio al terrorismo no traerá la paz y no nos impedirá derrotar a Hamás", dice el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, quien ha llamado a los embajadores de los tres países en Tel Aviv para mostrarle el contenido.
Arrinconadas en la pared, el miedo y el terror se puede ver en sus rostros. Una realidad similar a la que viven los ciudadanos en la Franja de Gaza, donde no saben si podrán olvidar todo lo que está sucediendo.