La tensión es máxima en Oriente Próximo después del ataque de Irán a Israel. Benjamín Netanyahu ha vuelto a reunir a su gabinete de guerra y la comunidad internacional pide contención al gobierno de Tel Aviv. Mientras, los mercados financieros y de materias primas mantienen la calma. Cristina Montalvo analiza en Noticias Cuatro el ataque en términos económicos. ¿Cuántos millones han gastado unos y otros en tan solo unas horas?

Empezando por Israel, explica Cristina Montalvo, los medios de comunicación del país, que citan fuentes relacionadas con las fuerzas de defensa, calculan que los diferentes misiles utilizados para interceptar los drones y los misiles lanzados por Irán, más las incursiones de un centenar de aviones de combate que se habrían realizado para neutralizarlos habrían supuesto un coste de entre 1.000 y 1.300 millones de dólares. Es un coste enorme, dicen esas fuentes, comparable al de alguna de las grandes guerras que haya librado Israel anteriormente.

Calcular cuánto le ha costado a Irán lanzar el ataque es mucho más complicado, según explica Montalvo, porque se desconoce el precio exacto de mercado del armamento iraní, desarrollado, según explican los expertos, con tecnología procedente de China y Rusia, y que en su gran mayoría sería, dicen, bastante más barato que el utilizado por Israel para repeler el ataque. De hecho, las propias fuentes militares israelíes aseguran que el coste para Irán de este ataque es de una décima parte de lo que gastó Israel en pararlo.

Expertos consultados por Noticias Cuatro nos dicen que cada uno de los 170 drones utilizados costaría entorno a los 50.000 dólares, es decir, unos 8,5 millones de dólares, mientras que el conjunto de los 150 misiles lanzados podría haber costado cerca de 300 millones.

En conclusión, este episodio habría costado cerca de 1.600 millones de dólares, en solo unas horas. Si lo comparamos con el gasto militar en España comprendemos que se trata de realidades muy diferentes.

Todo el presupuesto del Ministerio de Defensa para todo el pasado año rozó los 13.000 millones de euros, de los que casi 5.000 iban destinados a programas especiales de modernización para actualizar las capacidades de las fuerzas armadas. Entre ellos destacan proyectos de cooperación internacional para desarrollar tecnología y tejido industrial, como es el caso del programa Eurofighter.