La condena para los padres del menor que asesinó a cuatro estudiantes en una escuela de Michigan es de 10 a 15 años. Según informa en el vídeo Ana Lorenzo, es la primera vez que en Estados Unidos la justicia considera que los padres son responsables de dejar la pistola al alcance de su hijo que tenía problemas mentales. Con 15 años su hijo mató a tiros a cuatro compañeros de su colegio e hirió a otros siete.
Ethan Crumbley introdujo el arma en el instituto, se metió al baño y sacó el arma de su mochila. Tras esto, salió del baño y comenzó a disparar a cualquiera que se cruzase con él. Sus víctimas tenían entre 14 y 17 años, y entre los heridos se encontraba uno de sus profesores.
La fiscalía acusa a la madre de haber entregado el arma al menor. Jennifer y James Crumbley compraron a su hijo una pistola semiautomática en 2021, cuatro días antes de que realizara la matanza. Desoyeron las señales de alarma de su salud mental y las advertencias de la escuela. El fiscal del condado de Oakland, Karen D. McDonald, consideró que los padres podían haber hecho algo por detener a Ethan.
Han tenido que escuchar los desgarradores testimonios de los padres de las víctimas. Nicole Beausoleil, madre de una de las víctimas, expresa: “La falta de compasión que habéis mostrado es repugnante, no fue solo vuestro hijo quien mató a mi hija, también los hicisteis vosotros. Mientras le comprabais un arma, yo ayudaba a mi hija a terminar sus trabajos”. Jill Soave, madre de otra víctima del tiroteo, cuenta: “Si tan solo hubieran hecho algo, cualquier cosa, nuestros ángeles estarían aquí”.
El hijo, Ethan Crumbley, cumple cadena perpetua y ellos han sido condenados por homicidio involuntario en una sentencia sin precedentes y con carácter disuasorio, según la jueza del caso. James Crumbley afirma que realmente lo siente mucho. Jennifer Crumbley dice que eran buenos padres, no eran perfectos, pero querían a su hijo.
Horas antes de que ocurriese la matanza encontraron a Ethan dibujando un arma en el cuaderno junto a un texto en el que ponía: “Los pensamientos no paran. Ayudadme. Mi vida es inútil, el mundo está muerto”. Tras esto, los padres acudieron al instituto, pero no obligaron a Ethan a enseñar el interior de su mochila, tampoco se lo llevaron a casa y le permitieron volver a entrar en la clase.
Después del tiroteo, el instituto trató de contactar a los padres por llamada y por correo electrónico, pero no obtuvieron respuesta. Se sabe que la madre mandó un mensaje a su hijo tras el tiroteo que decía lo siguiente: “LOL. No estoy enfadada contigo, pero que la próxima vez no te cojan”. Los dos progenitores se dieron a la fuga hasta que fueron detenidos pocos días después en un centro comercial de Detroit, una ciudad relativamente cercana.