El entierro de Alexéi Navalni se convierte en un desafío al gobierno de Vladimir Putin

El entierro de Alexéi Navalni ha estado coreado por gritos de “Rusia será libre”, “Rusia sin Putin” y “Liosha, estamos contigo”. La madre del fallecido, que le pidió a Putin poder ver a su hijo, ha podido enterrarlo junto a sus seres queridos en la iglesia ortodoxa de Máriino. Las colas para despedirse del líder opositor ruso se extendían por varios kilómetros, una escena que Rusia quería evitar a toda costa.

Las autoridades rusas han detenido al menos a 56 personas en catorce ciudades de este país durante la jornada de despedida. “No sé cómo vivir sin ti, pero intentaré que allí, arriba, seas feliz y estés orgulloso de mí”, fueron las palabras de su mujer Yulia Naválnaya desde el exilio.

El entierro de Navalni sin una autopsia que certifique la causa de su muerte

Con la canción ‘My way’ de Frank Sinatra de fondo, la favorita de Navalni, miles de rusos se han despedido del líder opositor ruso en el cementerio de Borisov. El entierro se ha convertido en lo que no quería el Kremlin: una multitudinaria manifestación de tristeza y de rechazo a las autoridades rusas. Muchos no han podido entrar a la Iglesia y se han quedado fuera esperando para mostrar sus condolencias.

La multitud ha coreado gritos contra Putin mientras la madre de Navalni le ha dado el último beso de despedida. El funeral, que se ha celebrado sin que una autopsia independiente haya podido aclarar las causas de la muerte, ha sido todo un desafío para Putin, quien ya advirtió que cualquier reunión sería ilegal. Las autoridades han desplegado a un número de policías y han detenido a medio centenar de personas, según OVD-Info, organización que vela por los derechos de los detenidos.

Yulia se despide de Navalni por redes sociales

Varias personalidades acudieron al funeral como Yevgueni Roizman, exalcalde de la ciudad de Yekaterimburgo, en los Urales, así como algunos diplomáticos extranjeros, incluidos los embajadores de Estados Unidos, Alemania y Francia. Entre los arrestados está el vicepresidente de la filial moscovita del partido opositor Yábloko, Andréi Mórev, detenido por la policía en el metro de Moscú tras el sepelio, indicó OVD-Info.

La mujer de Navalni, Yulia Naválnaya, se despidió de su marido en redes sociales ante la imposibilidad de acudir al entierro. “Gracias por 26 años de felicidad absoluta. E incluso durante los últimos tres años de felicidad (cuando Navalni estuvo en prisión). Por tu amor, por tu apoyo, por hacerme reír incluso desde la cárcel, por pensar siempre en mí”, escribió desde el exilio tras no poder acudir al entierro donde los visitantes corearon que no olvidarán su figura y su legado a dos semanas de las elecciones presidenciales rusas.