La madrugada del domingo al lunes 12 de febrero se celebra el mayor acontecimiento deportivo del año: la Super Bowl. La final de la liga nacional de fútbol americano, que este año enfrenta a los San Francisco 49ers. Contra los Kansas City Chiefs, incluye, además uno de los espectáculos musicales más esperados del año. Una cita marcada en rojo en el calendario y que este año vuelve a marcar cifras récord.
La Super Bowl de 2024 bate todos los récords en el precio que pagarán los asistentes. Las entradas cuestan de media más de 8.000 euros, pero el acceso a un palco VIP alcanza la friolera de 1’6 millones de euros.
La final de la liga nacional de fútbol americano es, además, el partido más visto del mundo con una audiencia que ha llegado a superar los cien millones de espectadores.
Una audiencia récord que tiene como resultados el anuncio más caro del año, por el que se llega a pagar 6’5 millones de dólares por 30 segundos que se verán en el espectáculo del medio tiempo. La actuación musical más esperada que, este año, estará a cargo de Usher, el astro del R&B que cuenta con ocho premios Grammys.
Una de las protagonistas del partido este año no estará precisamente sobre el césped. Taylor Swift está acaparando buena parte de la atención estos días. La cantante es la pareja de Travis Kelce, uno de los jugadores de los Kansas City Chiefs y, desde que están juntos y ella va a al estadio, los partidos de ese equipo de la NFL han subido un 9% de audiencia, las ventas de la camiseta de su pareja se han disparado y el impacto económico es de 300 millones de dólares. Tanta es la expectación que la embajada de EEUU ha emitido un comunicado calmando a sus fans diciendo que podrá ir del concierto en Tokyo a Las Vegas, donde se juega la gran final.