El Gobierno hizo una queja formal ante México el pasado martes por vetar al rey en la toma de posesión de la presidenta Claudia Sheinbaum. Según informa Diego Arce, este documento se mandó por partida doble al embajador español que está en México y al embajador mexicano que está en nuestro país. El tono del texto fue amistoso porque el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no quiere hacer demasiado ruido.
“Es inexplicable e inaceptable”, esas fueron las palabras que soltó el presidente del Gobierno cuando habló del conflicto diplomático con México. El jefe del Ejectivo mostró su frustración por este desencuentro entre dos países "con un Gobierno progresista". Según destaca ‘El País’, Sánchez dijo esas palabras dos horas después de elevar una queja formal a México por el veto del monarca.
El embajador mexicano en Madrid, Quirino Ordaz, fue convocado al Ministerio de Asuntos Exteriores para hacerle llegar una queja diplomática por no invitar al rey Felipe VI a la ceremonia. El embajador de España en México, Juan Duarte, acudió personalmente a la Cancillería mexicana para entregar el documento. En ese texto, el Gobierno destacaba que, como jefe de Estado, el rey es quien "asume la más alta representación del Estado español en las relaciones internacionales".
Y cuando al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, le preguntan por el tema, él entra de lleno. “México no es una colonia, estaban muy mal acostumbrados. Veían a México como tierra de conquista, donde hacer su agosto”, indicó. Sheinbaum justificó la decisión de no invitar al monarca porque "el Reino de España tiene que expresar de manera pública y oficial el reconocimiento de los agravios causados" durante la conquista.
El Gobierno español no quiere elevar más la tensión con México tras dejar claro que nadie acudirá a la toma de posesión de Sheinbaum, más allá de los socios de Sánchez.
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