El grupo húngaro, que quiere comprar la compañía Talgo, anuncia acciones legales contra el Gobierno por impedir la operación. El Ejecutivo dice que es por seguridad nacional, ya que la compañía está dirigida por empresarios cercanos al primer ministro de Hungría, el ultraconservador Víktor Orban, y el mayor aliado de Vladímir Putin en la Unión Europea, según informa Hugo Domínguez.
“Riesgo para garantizar la seguridad nacional y el orden público”, esta es la razón que argumenta el Gobierno de España para vetar la opa de la empresa húngara. El Ejecutivo considera que Talgo es una empresa estratégica para la economía española, puntera en tecnología ferroviaria y clave para la fabricación de trenes. Desde hace meses, el ministro de Transportes, Óscar Puente, ha mostrado sus reticencias a la espera de otras alternativas.
Los húngaros llevarán la decisión del Gobierno español, que ha clasificado como reservada toda la documentación, a los tribunales. Los expertos señalan que hay muchas dudas sobre si se puede frenar la opa amistosa, ya que cuenta con el visto bueno de Talgo y de los principales accionistas. Después de que ayer se anunciase la noticia y cayese un 10% en bolsa, la empresa gana apenas un 0,1% y se mantiene estable después de la caída.
El punto clave es que se está vetando a Hungría, un país de la UE. Esa empresa pertenece al mercado común de Europa, lo que significa que hay libertad para las empresas de operar. Vetar esta operación es ir en contra del espíritu del mercado común y ahí es donde entra la organización supranacional.
La Comisión Europea tendrá que decidir si le da la razón al Gobierno húngaro -que tiene inversiones en ese consorcio que quiere hacerse con Talgo- o apoyar el veto español tras argumentar que es una empresa estratégica e importante para la seguridad nacional. Esto último le ha permitido al Ejecutivo accionar el escudo antiopas que activó durante la pandemia.
Talgo es una compañía estratégica porque tiene una tecnología avanzada que les permite adaptarse rápidamente a las distintas vías. Al Gobierno le preocupa que si esta empresa acaba en manos húngaras, por su vínculo con Rusia, esta tecnología se use en la guerra de Ucrania para transportar a las tropas rusas en los trenes.
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